ELIZABETH GARRIDO A. egarrido@prensa.com Cual paciente espera su turno para ser atendido, así el lesionado puente sobre el río Chagres aguarda por el día cuando le toque su mantenimiento. La inclemencia del tiempo y los movimientos de arena alrededor de la base central están deteriorando la estructura.
Construido en 1945 por la Armada de los Estados Unidos -como parte del proyecto de la carretera Transístma- el puente Chagres comunica la provincia de Panamá con la de Colón. (Ver mapa)
Diariamente lo atraviesan miles de vehículos, desde buses y carros particulares hasta camiones con pesadas cargas. El puente, que se entregó al Estado panameño en 1980, fue diseñado para cuatro vías y su extensión es de un poco más de 188 metros de largo.
Su construcción hoy día podría costar entre 2.5 millones y 3 millones de dólares, aproximadamente.
De sus cuatro vías, dos se utilizan para el tránsito vehicular y dos han sido tomadas por pequeños comerciantes que, según la temporada del año, venden distintos tipos de frutas, pipas y pescado en pequeños puestos.
Precisamente algunos de estos comerciantes son los que han atestiguado sobre el deterioro del puente de acero.
Otilio Castillo y Evilma Moreno, vendedores del lugar por más de 16 años, aseguran que el puente "necesita mantenimiento".
Coinciden en que las vibraciones son constantes, especialmente durante el día, cuando crece el tráfico.
Y aunque estas vibraciones pueden ser parte del "movimiento normal" para todo puente, lo cierto es que Castillo y Moreno no están lejos de la realidad. La estructura tiene problemas.
Los gaviones
Parte del recubrimiento de gaviones (alambres y relleno de piedras) que refuerzan la base central del puente, se ha removido. El Ministerio de Obras Públicas (MOP) no le ha dado mantenimiento desde que colocó este refuerzo hace cinco años.
El MOP construyó los gaviones para proteger el puente del Chagres de un posible colapso, porque las compañías que extraían material del río debajo del puente socavaron el área al punto de bajar el nivel cinco metros desde el original. Debido a esto, se prohibió la extracción de piedra y arena en el lugar.
Sin embargo, la naturaleza se ha hecho sentir, porque la corriente -para nivelar el fondo del río- poco a poco ha removido parte de las piedras de los gaviones que refuerzan la base central del transitado puente.
Para el ingeniero Ulises Lay, ex presidente de la Sociedad Panameña de Ingenieros y Arquitectos (SPIA), el hecho de que el refuerzo del puente se haya removido es motivo de mantenimiento por parte de las autoridades.
Aunque este es un puente "muy bien construido", es conveniente darle los cuidados necesarios para evitar daños más graves, agrega Lay.
Habrá que esperar
Pese a las observaciones sobre la situación actual de la estructura del puente, las autoridades defienden a capa y espada que los problemas no son como aparentan.
Federico Becker, director nacional de Mantenimiento del MOP, asegura que el puente "no tiene ningún problema estructural".
El sistema de gaviones que cubre la base central es una "protección adicional", por tal razón, agrega Becker, aunque el gavión se haya corrido, no se afecta la estructura.
El argumento que utiliza el MOP es que la pilastra central del puente está recubierta por un sistema de tablas de estacado y afuera de ella se encuentra el recubrimiento de gaviones.
El sistema de gaviones es un "termómetro" para detectar si el movimiento de arena continúa o no, explica Asdrubal Terrero, del departamento de Mantenimiento.
Aunque, efectivamente, el "termómetro" se ha movido, el elemento principal, que es la tabla de estacado, permanece igual, agrega Terrero.
Sin embargo, los funcionarios del MOP reconocen que tarde o temprano al puente Chagres habrá que repararle sus lesiones. Solo que ahora este tema no es prioridad.
Hay dos razones fundamentales que respaldan esta decisión. Una es que el mantenimiento de este tipo de puentes cuesta más de 100 mil dólares y la otra, que existen otros puentes en el interior del país que tienen problemas más críticos.
El puente Chagres tendrá que seguir esperando su turno pacientemente, porque por delante, en fila, hay otros pacientes. Terrero es sincero: "su reparación no puede hacerse antes de 10 años".




