Marcos Manjarrez Davis declaró ayer, por primera vez, que estaba arrepentido de haber asesinado a monseñor Jorge Altafulla, pero advirtió, no obstante, que la Iglesia católica conocía las verdaderas razones que lo impulsaron a cometer el crimen.
Manjarrez brindó ayer unas breves declaraciones a los periodistas cuando salía del Instituto de Medicina Legal del Ministerio Público, donde se le practicó una serie de exámenes psiquiátricos y psicológicos.
Cuando los periodistas le preguntaron si estaba arrepentido de su crimen, solo contestó sí.
Luego se le preguntó: ¿por qué lo hiciste? y Manjarrez se limitó a contestar: la Iglesia sabe por qué.
Manjarrez fue conducido ayer en horas de la mañana a Medicatura Forense como parte de las sumarias que instruye la Fiscalía Auxiliar por este homicidio, ocurrido el pasado 19 de mayo.
Durante esta diligencia judicial el detenido estaba esposado pero no tenía grilletes en los pies.
Sus abogados han denunciado que, a causa de las presiones que ha ejercido un sector de la Iglesia católica en este caso, los peritos que contrataron para efectuar la defensa de Manjarrez han renunciado.
Esta situación, según el abogado defensor Rafael Rodríguez, los ha obligado a pedir la suspensión de la reconstrucción del crimen.
Sin embargo, una fuente ligada a las investigaciones indicó que la Fiscalía Auxiliar intentará concluir la reconstrucción hoy, viernes, o el próximo lunes.
También la Fiscalía Auxiliar estudia la posibilidad de trasladar a Manjarrez, que está recluido en la Policía Técnica Judicial (PTJ), a una celda en la cárcel La Joya, en Pacora.

