La Fundación para el Desarrollo Económico y Social de Panamá (Fudespa) publicó en enero de este año un análisis del sector agrícola, además de otros seis temas de importancia nacional. Algo de información y entendimiento del agro se logró en el proceso de elaborar el informe. Por ello, me atrevo a examinar las políticas públicas anunciadas por el gobierno en un momento de “estrechez fiscal”.
La agricultura es una actividad que involucra a más de 245 mil productores, según el censo agrícola de 2011. De esa masa de productores, 220 mil trabajan parcelas menores de 20 hectáreas. Si suponemos que cada uno tiene una familia de cuatro miembros, entonces serían más de 880 mil personas las que dependen directamente de la capacidad productiva.
Gran parte de la pobreza del país se concentra en el área rural. El gobierno recién instalado, en su afán de mostrar su compromiso con el agro, acaba de bajar al 0% la tasa de interés de préstamos relacionados con la actividad, lo que significa un subsidio importante. La pregunta es: ¿Quién se beneficia de esta nueva política gubernamental?
Volvamos a las cifras. La Superintendencia de Bancos muestra en sus informes que para junio de 2013 el total de préstamos agrícolas totalizaba 5 mil 238. Desde esa fecha hasta hoy, no creo que la cifra haya variado de forma significativa. Los que conocemos la banca local sabemos que es virtualmente imposible conseguir un préstamo para el agro, si no se cuenta con tierras que hipotecar u otras garantías reales. Solo los políticos y sus acólitos pueden usar ciertos mecanismos de la banca oficial para obtener préstamos sin garantías. Por ello, concluyo que los 220 mil productores no se beneficiarán del nuevo subsidio del gobierno.
Durante las deliberaciones en la mesa de agricultura de Fudespa, Gabriel Rodríguez (experto agrícola y representante en Panamá en el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura) afirmó que el país tenía ya las políticas públicas necesarias para el despegue del agro. Mencionó el subsidio de préstamos al sector (que antecede el 0% de interés recién anunciado), la Ley 25 de 2001, y que los productores no presentan declaraciones de renta y están exentos del pago de impuestos, si sus ingresos brutos son menores a los 300 mil dólares.
Tras analizar esta información, y con base a conversaciones con prominentes economistas, afirmo que existe una política agraria sesgada hacia los grandes productores. El 0% de interés solo beneficiará a los 5 mil 238 productores que ya tienen acceso al crédito bancario y no pagan impuestos como el resto de los panameños, por lo tanto, se les aumentará el subsidio.
Una sola medida no cambia la política agrícola y si es errada tiende a causar mayores distorsiones en el sector agropecuario. En este caso permitiría la acumulación de más tierras en manos de los grandes terratenientes.
Entonces, cuáles son las políticas que debe adoptar Panamá para que prospere este sector, si queremos que miles de pequeños agricultores se beneficien de esta iniciativa gubernamental.
Entre las recomendaciones que se han hecho están: aumentar la asistencia técnica mediante un dinámico programa de extensionismo; enfocar los subsidios; aumentar los créditos bancarios a los pequeños y medianos productores; identificar y usar la tecnología apropiada (desde equipos hasta información de los precios actuales de mercado para que negociar con base), y apoyar las asociaciones entre los productores para facilitar el acceso a los mercados.
Otra alternativa sería crear un banco agrícola, asociado entre el Gobierno y la banca privada para facilitar el crédito dirigido a los pequeños agricultores, digamos tipo microcrédito. Cada una de estas recomendaciones requiere de compromiso y esfuerzos extraordinarios, a corto y mediano plazo. A esta breve lista se le puede agregar muchas otras recomendaciones, por lo que refiero al lector al sitio www.fudespa.org para ver el informe completo sobre el agro panameño.
