La profesionalización del docente se logra o se “perfecciona” con los conocimientos teóricos de la materia que imparte, las competencias metodológicas y su práctica pedagógica. Así, el que imparte o impartirá la asignatura de matemáticas en la educación básica general debe procurar, para su profesionalización, contar con conocimientos propios de esta ciencia (cuestiones epistemológicas), y saber cómo enseñar y solucionar problemas que la práctica de la enseñanza plantea.
Por lo tanto, todo programa tendiente a la especialización de los y las docentes en esta asignatura debe tener en cuenta esos tres componentes para su profesionalización y la de los “formadores de formadores”. Es decir que los profesores que estarán encargados de impartir clases en estos programas tendrán que contar, primero con esto, procurando que los futuros docentes puedan integrarlos y transformarlos al ponerlos en práctica en el proceso de enseñanza-aprendizaje, dando lugar a estrategias didácticas para la enseñanza de la materia. Los formadores de formadores deberán impartir, como señala Jesús Goñi, las clases en la forma que se supone deben hacerlo los profesores de educación básica general.
Lo expuesto implica que cualquier universidad o instituto que decida llevar a cabo un programa de tal magnitud, debe contar, principalmente, con una planta de educadores en el área, con vasta experiencia en “matemáticas educativa” o “didáctica de las matemáticas”, lo que se evidencia a través de la participación de estos (ya sea en calidad de expositores o participantes) en seminarios o congresos de esa ciencia, tanto en el ámbito nacional como internacional.
También deben tener una planta docente especializada en las diversas áreas de las ciencias de la educación, para que en el futuro los que impartirán clases en el nivel básico general (que incluye primaria) adquieran las competencias metodológicas necesarias que demandará su práctica docente.
Todo lo anterior sugiere que para llevar a cabo una formación especializada en la enseñanza de matemáticas en los niveles de preescolar, primaria y premedia es necesario, ante todo, que las instituciones dedicadas a la formación de los docentes que imparten o impartirán la asignatura, se congreguen, debatan sobre sus experiencias y puedan tomar una decisión en conjunto para eliminar las “fallas” en la docencia en los niveles descritos.
