Los mitos son una parte de la cultura que intenta dar respuestas a problemas sociales o cumplir una función moral. Algunos mitos han caído, pues sus explicaciones dejaron de ser útiles o simplemente la ciencia, la religión u otro conocimiento los superaron.
Cerca de Semana Santa vienen a mi mente los recuerdos de los mitos de antaño: “Si van a la playa o al río en Viernes Santo, se convertirán en pez”. “Si clavas el Viernes Santo, de la madera saldrá sangre”. Con el tiempo alguien se atrevió a desobedecer la admonición y no ocurrió nada, y poco a poco los mitos fueron muriendo. La intención de los mayores era que en los días santos todos respetaran el silencio o acudieran a las celebraciones religiosas. Al no cumplirse el castigo prometido, la verdad del mandato se pone en duda y, por consiguiente, se puede llegar a dudar de la verdad de la religión o de las obligaciones religiosas. Ante esto se requiere buscar razones más lógicas para hacer que el pueblo mantenga las creencias religiosas.
A partir de los descubrimientos científicos y la revolución industrial de la modernidad, la vida del mundo occidental fue cambiando: nos hemos secularizado. En latín la palabra saeculum era sinónimo de siglo-centuria y por extensión se utiliza para diferenciar las cosas del mundo (del siglo) de las cosas religiosas. El secularismo de por sí no es malo; el problema es que su radicalidad nos haga olvidar que existen realidades que van más allá de los valores netamente mercantilistas, monetarios y consumistas.
Nuestra cultura latinoamericana se fraguó con el cristianismo. Nuestros valores eran cristianos. Nuestros pueblos y costumbres eran cristianos. Pero eso ha ido cambiando. Recuerdo que hace unos años un sacerdote luchó para que un club cívico trasladase un evento de reinas de Carnaval para una fecha posterior al tiempo de Cuaresma. Hoy día los que organizan eventos no piensan en Cuaresma o Semana Santa. Se piensa en que los artistas están en su gira internacional y que los precios se abaratan por tal razón. Panamá se ha convertido en una plaza importante para eventos y megaeventos musicales. Haga usted el recuento de todos los que se han dado en el último mes y medio y los que están por venir. Ya no se piensa en el tiempo de oración, penitencia y ayuno: esas son prácticas medievales.
