El proceso de intercambio científico para concebir los contenidos del museo se inicia a finales del año 2000, cuando el Dr. Rodrigo Eisenmann, director ejecutivo de la Fundación Amador, convocó a reuniones de intercambio de ideas a científicos de la Universidad de Panamá y del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, a representantes de otras entidades como el Ministerio de Educación, la Autoridad de la Región Interoceánica, el Instituto Nacional de Cultura, el Museo del Canal Interoceánico, Patronato Panamá Viejo, la Autoridad del Canal de Panamá, Fundación Natura, y a otros profesionales del ámbito científico, tecnológico y cultural del país.
En la primera etapa de este proceso se desarrolló el concepto del museo (la diversidad de la vida y el impacto del surgimiento del istmo sobre la misma); los objetivos (educación, conservación y recreación); su misión, proporcionar una aventura del saber sobre la historia geológica y de la formación del istmo de Panamá hace tres millones de años y los eventos que ocurrieron en el clima mundial, en el mar al separarse los océanos Atlántico y Pacífico, y en la tierra, al unirse los dos continentes formando el puente para el gran intercambio biótico americano; y la visión, concienciación al ser panameño de que la historia natural del istmo y la historia cultural que sobre ella se desarrolla constituye el sustrato ancestral de sus valores y de su nacionalidad.
Concluida esta primera etapa, los diseñadores de Bruce Mau elaboraron los bocetos de las exhibiciones. En este proceso, nuevamente, se produjo un intercambio entre científicos y diseñadores que culmina con la definición de ocho galerías, coherentemente articuladas. Estas son: La rampa de la vida (origen, evolución, diversidad planetaria y local, su clasificación), panamarama (los ecosistemas o moradas de la rica flora y fauna del istmo presentados visualmente a través de 14 pantallas de cine), el surgimiento del istmo (escultura modelada de este singular evento), el encuentro entre dos mundos (las migraciones de animales del norte y del sur del continente americano después de la formación del puente de tierra que unió a estos), cultura y naturaleza en el istmo (recinto que recopilará la historia del ser humano en Panamá y su interacción con el medio natural), los océanos divididos (dos acuarios, uno que representa el mar Caribe y el otro del océano Pacífico, productos de la separación de los mares cuando se erigió la barrera terrestre que los separa), la galería de la interdependencia (alegoría y exposiciones cuyos contenidos expresan que la interdependencia de los organismos vivos es un atributo esencial para la conservación de la vida sobre el planeta) y la galería Panamá es el Museo, que mostrará a los visitantes la ubicación de nuestras riquezas: de mares y tierras, de grupos étnicos, de parques naturales, de lugares para recreación y esparcimiento, de museos, entre otras ofertas nacionales.
Debido a la necesidad de revisar los temas y los mensajes, objetivos y contenidos de las galerías, el intercambio entre diseñadores gráficos y los científicos se intensificó en los últimos meses. En esta etapa, la dirección ejecutiva de la Fundación Amador convocó recientemente a científicos, diseñadores arquitectónicos y gráficos, educadores e ingenieros constructores, entre otros profesionales, para realizar un intercambio amplio que permitiera lograr consensos sobre los productos realizados. En este ejercicio académico se produjo un rico flujo de información e ideas entre los diseñadores, científicos y otros profesionales. En este último, pero no final, intercambio no se produjo una nueva torre de Babel; todo lo contrario, este singular ejercicio constituyó un valioso esfuerzo intelectual para hacer efectiva la sinergia entre ciencia y creación artística, cuyo producto final será Panamá Puente de Vida: Museo de Biodiversidad.
