LOS ANGELES, Estados Unidos. (Reuters). -La modelo estadounidense Niki Taylor, que casi murió en un accidente automovilístico en abril pasado, sufre de constante dolor y persistentes pesadillas, según dijo en una entrevista publicada por la revista Us Weekly.
La mujer de 26 años reveló, en un relato en primera persona presentado como su primera entrevista desde el accidente del 29 de abril, que ha perdido parte del cabello y podría tener que someterse a otra operación a la espalda para reparar una curvatura de la espina dorsal.
Después de 40 intervenciones quirúrgicas, ahora tengo cicatrices por todo el estómago, las que, según le han dicho sus médicos, nunca van a desaparecer.
Sin embargo, Taylor, que es una cristiana renacida, agregó que definitivamente creo que el gran hombre de arriba está diciendo: Tienes que vivir. Todavía no es tu hora.
Taylor iba en el asiento del pasajero de un vehículo que chocó con un poste en una tranquila calle de Atlanta después de que su chofer perdió el control del vehículo mientras tomaba el teléfono celular.
La modelo sufrió varias heridas graves en el hígado y la espalda, y pasó los dos meses siguientes al borde de la muerte, en cuidado intensivo. Uno de sus médicos le dijo a su representante que podría fallecer como consecuencia de la gravedad de las heridas.
Durante ese tiempo, fue bombardeada con analgésicos, y dijo que su cuerpo se hinchó quedando cuatro veces más voluminoso que su tamaño normal por la acumulación de líquidos. Los pulmones se colapsaron y los médicos le abrieron un orificio en la garganta para ayudarle a respirar.
A fines de junio, se había recuperado lo suficiente para dar unos pocos pasos, y fue trasladada a una clínica de rehabilitación.
