Las leyes no llegan a todos los rincones del hogar por igual. La niñera es la mejor prueba de ello.
Así lo demuestra el hecho de que más de 170 mil niños, niñas y adolescentes de Centroamérica, República Dominicana y Panamá trabajan en condiciones de explotación, pese a la existencia de compromisos internacionales en favor de los derechos de la niñez.
Así lo divulgó ayer el coordinador del Proyecto regional para la erradicación de las peores formas de trabajo infantil doméstico para América Central y República Dominicana, el costarricense Rigoberto Astorga.
Astorga fue invitado a la presentación formal de los resultados de una investigación interregional sobre trabajo infantil, que en el caso panameño realizó la Asociación Panameña para el Desarrollo y Defensa de la Seguridad Ocupacional (APADESCO).
De las 170 mil infantes de la región (en su mayoría niñas) que realizan labores domésticas en condiciones de explotación, alrededor de 10 mil viven en Panamá.
Explicó el experto que hay un subregistro, por el hecho de que mucha gente considera que las labores domésticas de una niñera no se definen como trabajo, y por lo tanto no lo reportan. Más bien la gente cree que le hace un favor a la niña que emplea en su hogar.
Según Astorga, en la mayoría de los casos las niñas trabajan hasta 12 horas diarias, no asisten a la escuela y reciben solo el 50% del salario mínimo (un promedio de 65 dólares mensuales).
