Natalia Martin Cantero DE EFE SAN FRANCISCO, EU. Los programas de televisión creados o protagonizados por herederos de grandes fortunas que se regodean en su riqueza ante las cámaras, inundan estos días la pequeña pantalla en Estados Unidos. Los aburridos jóvenes hijos de millonarios han tomado por sorpresa las pantallas para mostrar a los espectadores estadounidenses su desenfreno y, de paso, en opinión de la mayoría de los críticos televisivos, una abrumadora falta de sentido del ridículo. En Niñas Ricas , un reality show de la cadena MTV , la joven Ally Hilfiger (hija del diseñador de ropa Tommy Hilfiger) despilfarra dinero con las tarjetas de crédito de su famoso padre y expresa su preocupación por los plebeyos neoyorquinos, entre otros los vendedores de la marca de lujo Prada.
Mientras, en la serie de la cadena Fox llamada La vida sencilla de Paris Hilton (heredera de 22 años del imperio de los hoteles Hilton y coprotagonista de un vídeo semipornográfico que circula estos días por internet) pasa un mes en una granja del estado de Arkansas junto con Nicole Richie, la hija del cantante Lionel Richie. En la serie, que se estrena a principios de diciembre, las dos jóvenes aparecen como urbanitas un tanto degeneradas y totalmente fuera de sitio entre patos, pollos, tractores y agricultores que se burlan de ellas. Ambas series suceden al documental de la cadena de pago HBO titulado Nacido rico .
