BUENOS AIRES, Argentina (EFE). -El actor español Eduardo Noriega dijo hoy en Buenos Aires, donde va a presentar la película El espinazo del diablo, que se siente más identificado con el cine europeo y el latinoamericano, aunque precisó no le haría ascos a Hollywood.
Para un latino es admirable triunfar en Hollywood, pero no quiero trabajar por trabajar. Quiero ser honesto y hacer cosas interesantes, dijo a EFE Noriega, protagonista, junto con la española Marisa Paredes y el argentino Federico Luppi, del último filme del mexicano Guillermo del Toro.
El espinazo del diablo, producida y rodada en España, es una historia ambientada en la guerra civil española (1936-39) en la que coexisten elementos naturalistas y sobrenaturales y en la que Del Toro volcó su enorme complejidad mental, según el actor español.
El filme se estrenará el próximo jueves en Buenos Aires, donde Noriega ya es conocido por su papel en Plata quemada, una coproducción hispano-argentina dirigida por el argentino Marcelo Piñeyro.
En una entrevista con EFE, el actor, de 28 años, explicó que por primera vez se propone hacer un alto en su carrera, iniciada en 1993 en varios cortometrajes, uno de ellos dirigido por Alejandro Amenábar, que luego le dirigió en sus películas Tesis y Abre los ojos.
Estoy leyendo guiones y textos teatrales. No sé lo que voy a hacer, pero quiero que sea algo que me enganche, señaló.
El actor acaba de concluir su primera película en Francia, Novo, para la que tuvo que aprender francés en apenas unos meses, pues no fue doblado, y entre las ofertas que estudia hay una para actuar en un filme inglés que se rodará en París y otra para una coproducción con Argentina.
Noriega se declara bastante orgulloso con la evolución de su carrera. Cada proyecto me lo tomé como un reto y he ido superándolos uno a uno, paso a paso, explicó.
Su papel en El espinazo del diablo es el del malo de la película, pero él no lo quiso encarar de esa manera, sino que trató de bucear en él para descubrir la clave de su comportamiento, ayudado por las extensas biografías inventadas por Guillermo del Toro para cada uno de los protagonistas.
Jacinto es un animal herido. Había que afrontarlo desde el dolor, subrayó Noriega, quien destacó el alto componente sexual del personaje, un joven que de niño fue abandonado en un orfanato perdido en el campo de Castilla y que tiene relaciones sexuales con su directora, papel interpretado por Marisa Paredes.
El espinazo del diablo cuenta también con las actuaciones de Federico Luppi en el papel de un viejo profesor enamorado de una joven profesora (que encarna la española Irene Visedo) y de un grupo de niños actores.
El filme está producido por El Deseo, la productora de Pedro Almodóvar, con quien Noriega trabajó un mes en la preparación de un largometraje titulado La mala educación, pero que el director español ha decidido abandonar por ahora.
