FENÓMENOS RECURRENTES.

Notas de las crisis financieras

Algunos economistas sostienen que la crisis financiera que afecta a Estados Unidos y Europa se debe a las políticas monetarias expansivas que ejecutó la Reserva Federal a principios de la presente década. Entre las funciones de un banco central está el mantener la liquidez del sistema bancario–financiero y el de prestamista de última instancia, y durante décadas las políticas restrictivas y expansivas se alternan de manera recurrente.

Las políticas expansivas pueden contribuir al exceso de liquidez en los mercados, pero ya a fines del siglo XIX los banqueros ingleses notaron que, en un determinado momento de los periodos de auge económico, se acumulaban en las bóvedas de los bancos grandes montos de fondos que no tenían una salida en la economía real. A este fenómeno lo denominaron exceso de ahorro y consideraban que esto daba origen a depresiones económicas.

Las crisis financieras son fenómenos recurrentes desde el siglo XVIII. Charles Kindleberg, autor del libro Manías, Pánicos y ‘Cracks’: Historia de las crisis financieras, cuenta de las burbujas especulativas de las compañías South Sea de Londres y la del Mississipi en París en 1719 y 1720; de la gran crisis internacional que se dio en 1763 después de la Guerra de los Siete Años entre Inglaterra y Francia y cuyo epicentro estuvo en Holanda.

Las crisis financieras pueden desencadenarse antes o después de una guerra. Por ejemplo, la crisis de agosto de 1914, poco antes de la Primera Guerra Mundial. Al terminar una guerra se pueden mencionar las siguientes: 1713, al final de la Guerra de Sucesión Española; 1763, al final de la Guerra de los Siete Años; 1783, al final de la Guerra de Independencia de Estados Unidos; 1816, con la finalización de las Guerras Napoleónicas. En Estados Unidos se produjeron crisis, como efecto retardados, varios años después de las guerras, en 1720, 1772, 1825, 1873 y, por supuesto, en 1929.

Las crisis también pueden darse como producto de sucesos políticos. La Revolución Francesa, el Consulado y el Imperio, generaron movimientos de gran escala en 1792–93, en 1797 se generó una crisis aguda del comercio exterior británico en Europa. En 1857, la rebelión de Sepoy, en la India, contribuyó a la depresión de los mercados londinenses.

En 1836 se produjo una profunda crisis bursátil por la profusa especulación de tierras y el ferrocarril en Estados Unidos. El entonces presidente Andrew Jackson señaló que tanto Inglaterra como Estados Unidos eran responsables de la crisis. Otro auge especulativo en los ferrocarriles dio paso a otra crisis en 1847.

La expansión monetaria y del crédito puede causar crisis. La expansión de las denominadas letras de complacencia en Holanda en 1763; la especulación, debido a la expansión repentina de las Cajas Rurales en Inglaterra en 1793; otra vez las Cajas Rurales en 1825; la formación de bancos en Alemania, Francia, Estados Unidos y Gran Bretaña por el descubrimiento de minas de oro en California y Australia, en 1850; por la extensión del mercado de descuentos en Gran Bretaña, en 1866; por el sistema de compensaciones bursátiles en Francia, en 1882; por la acuñación de plata en Estados Unidos, en 1893, y por la expansión de compañías fiduciarias en EU, en 1907.

En el siglo XVIII no existían los bancos centrales y en el XIX los mismos no se habían consolidado. Los bancos privados eran los emisores de moneda, lo que dio paso a agudos procesos inflacionarios en varios países. El banco de Inglaterra asume funciones de banco central en 1844, pero no es hasta 1866 cuando adquiere la función de prestamista de última instancia. El banco rescata al Barings Bank en las crisis de 1890.

En 1907, la crisis bancaria en Estados Unidos hundió a 179 bancos lo que generó una escasez de medios de pago. El gobierno de Teodoro Roosevelt contó con el apoyo de JP Morgan para que interviniera en la superación de la crisis. Pocos años después, en 1913, se funda el Banco de Reserva Federal que tuvo un protagonismo muy tímido hasta 1929. Después de la Gran Depresión, la Reserva Federal interviene acusadamente en la vida económica de Estados Unidos.

Después de la Segunda Guerra Mundial funcionaron los acuerdos de Bretton Woods y hasta 1970 el mundo estuvo libre de crisis financieras. Cuando Estados Unidos desvincula al dólar del oro, en 1971, empiezan nuevamente a activarse las burbujas financieras, primero en el mercado de divisas, con las materias primas, con las deudas externas del tercer mundo. Los mercados financieros son desregulados y la economía financiera adquiere un auge inusitado. El resultado fue el crack bursátil de 1987 en Estados Unidos, la crisis mexicana de 1994, la quiebra del Barings Bank en 1995, la crisis asiática de 1997, la crisis rusa de 1998, la quiebra del Long Term en 1998, la crisis del Nasdaq en Wall Street en el año 2000 y, finalmente, la crisis hipotecaria de 2007.

Lo que tratamos de señalar con todas estas fechas, es que las crisis financieras son hechos recurrentes desde el siglo XVIII. Estas se pueden dar en un país, en un conjunto de países o pueden propagarse en el mundo entero.


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