Pan y circo es expresión que frecuentemente se usa en la jerga política y social para señalar lo que algunos gobiernos dan a sus poblaciones para mantenerlas tranquilas y que no se den cuenta de lo que les hacen o no se organicen para exigirle, a sus empleados, los gobernantes, que cumplan con el mandato de darles el máximo de bienestar común posible. Se originó, esta expresión, en tiempos romanos y ha permanecido. Ha mutado las formas de presentarse, pero la esencia es la misma.
Quién puede decir que 100 para 70, aumento a los policías, aunque desproporcionados, mil a los jerarcas y cien a los que recorren calles arriesgando la vida, o el anuncio de bonos de 5 mil para parejas limitadas que compren su primera casa y las becas universales, que todavía están por darse ambas, o los bonos de inicio de clase ya dados, o el aumento del salario mínimo, no son medidas que gustan al pueblo que poco reflexiona. Todas estas dádivas son el pan de la frase célebre, pero también hay otra frase no menos célebre: “pan para hoy y hambre para mañana”.
¿Y dónde está el circo? Nada más y nada menos que en las acciones consuetudinarias de un gobierno que actúa de forma incoherente y sin planes integrales en lo social, en lo económico, en lo internacional o en cualquier ámbito, con lo cual defrauda a sus electores, aunque paradójicamente la mayoría, por el pan sin planificación y el circo de confusión, no llegan a darse cuenta hacia dónde va el país.
Dado que estas medidas han sido concebidas como programas indefinidos, aunque si fueran serias, deberían tener término como medidas de contingencia ante la crisis económica que golpea a sectores de la población, una vez se haya superado la situación de crisis. Pero un gobierno que reacciona y no planifica, va lanzando ideas que trata de implantar sin estudios actuariales, financieros o económicos y mucho menos estudios sociológicos, porque lo que les preocupa es mantener al pueblo embelesado con pan y circo para seguir en campaña política y creer que así pueden prolongar su estadía en el poder.
Y allí es donde está el peligro de que este pan para hoy se convierta en hambre para mañana. Ya aflora la incoherencia de la compra de los corredores, donde se dijo una cifra (700 millones) y que la reserva del Seguro Social se podría usar como inversión de mayor rédito al que actualmente consigue, pero ahora han duplicado la cifra para poder sacar más de la reserva, que la ley le pone un tope a invertir de 20% del valor del paquete. Así, si el paquete era de 700 millones, solo podían sacar 140 millones, pero siendo nominalmente de mil 400 pueden sacarle al Seguro Social 280 millones.
Ya la dictadura en el programa de viviendas le dio un zarpazo de 100 millones que no se recuperaron y ahora el gobierno cada vez más autocrático de Martinelli quiere usar las reservas para darle negocio a los mexicanos y, por qué no pensar mal, permitir que algunos allegados que manejarían este negociado, entraran millonarios, pero salieran multimillonarios.
También hablan de cambiar las leyes de minería para sacar el cobre de Cerro Colorado, que como el 7%, la dictadura no pudo implantar, este gobierno de “pan y circo” está dispuesto a ganarle a los dictadores.
Mientras la danza de millones sigue incrementándose, lo que abre oportunidades para que los ricos se hagan más ricos dejando migajas para los no ricos, la inseguridad, el alto costo de la canasta básica, la falta de justicia, el sistema político clientelista, corrupto y plutocrático, la quiebra de la institución familia y la crisis en salud y educación parece que no serán enfrentados por este gobierno más allá de un enfoque mediático y propagandístico.
