París, Francia. -Cuando estoy en París, me tropiezo con recuerdos de Panamá por todas partes, sobre todo porque frecuentemente veo la palabra "Paname" en afiches y en publicaciones. La razón, me explicó el embajador panameño en Francia, Omar Jaén, es que "Paname" es el apodo cariñoso que los parisinos le tienen a su ciudad. "Es más bien una expresión amable ... que significa ciudad enorme", señaló Jaén. Agregó que "aparentemente, lo de enorme está ligado al escándalo de Panamá", refiriéndose, por supuesto, al fracaso francés en la construcción de un canal por Panamá, lo que en su época fue un escándalo político y financiero de gran magnitud. Hoy día, nadie aquí lo menciona.
En la década de 1980, viví algunos años en París y desde entonces regreso cada vez que puedo. El miércoles pasado, estaba caminando por el barrio St. Germain -un área de callecitas antiguas y angostas, llenas de anticuarios y boutiques muy chic- cuando inesperadamente me encontré con algo panameño. Debo advertir que este es un área donde normalmente me limito a hacer window shopping (o sea, mirar, pero no comprar, especialmente porque el dólar está muy débil contra el euro), pero ahora mismo, afortunadamente, todas las tiendas de París están en baratillo de verano. Pues bien, en la tienda Renaud Pellegrino (42, rue de Grenelle, séptimo arrondissement) me encontré con unas carteras adornadas con aplicaciones del estilo inconfundible de Héléne Breebart, la diseñadora panameña que se especializa en molas estilizadas de sofisticación inigualada. Solo unos meses atrás vi un artículo en la revista Architectural Digest que mencionaba los diseños de Breebart.
Entré a la tienda a preguntar por las carteras. La vendedora inicialmente hizo ver que todos los bolsos de Renaud Pellegrino son hechos en Francia, pero después señaló que dos de los que me habían llamado la atención eran fait à Panamá (hechos en Panamá). Ella no confirmó que las aplicaciones -fait à la main (hechas a mano), eran de diseño Breebart, pero yo apostaría cualquiera cosa porque así es. Y para demostrar cómo los franceses valoran lo nuestro, quiero decirles el precio de las carteras: El modelo grande -con aplicaciones, en tela, de verdura tropical y pajaritos multicolores sobre un fondo azul marino- cuesta mil cien euros (unos mil quinientos dólares) y el más pequeño -con mariposas multicolores sobre un fondo morado-- cuesta 795 euros (mil cien dólares). La vendedora dijo que también hay un tamaño mediano que se ha agotado; agregó que la línea se está vendiendo muy bien y que por ello, no se le ha rebajado el precio en el baratillo actual. Le pregunté también por unas carteras con aplicación de orquídeas sobre un fondo verde -muy parecidas a trabajo que he visto en el taller de Breebart- pero la vendedora insistió en que esas son totalmente hechas en Francia. Ella subrayó que las carteras mismas son de fabricación francesa, aunque estén adornadas con aplicaciones hechas en Panamá; es cierto que las carteras tienen los acabados que uno esperaría en un producto europeo muy fino.
El día siguiente, jueves, tropecé con otro producto panameño, aunque no fue por accidente, porque ya me habían soplado que el Café Verlet (256, rue St. Honore, primer arrondissment) vende café de Panamá. Fui a investigar y descubrí que el café "La Torcaza", de la familia Janson, se vende allí a 32 euros el kilo (más o menos 22 dólares la libra). No es la primera vez que confirmo el gran valor que el extranjero otorga al café panameño.
Podría seguirles contando que en la rue Cherchemidi hay una pequeña tienda de artefactos latinoamericanos que tiene molas en la vitrina; que cerca de la torre Eiffel hay una pequeña "plaza de la República de Panamá" que Aristides Royo gestionó cuando era embajador aquí; que he visto huacas de barro en el mercado de pulgas de Clignancourt; que por todas partes venden un champú francés "con madera de Panamá"; y que con frecuencia escucho La historia de un amor en los bares, los subterráneos y las calles de París. El embajador Jaén me dice que aunque no hay gran participación francesa en el boom de inversiones extranjeras en Panamá, sí hay un interés francés en la riqueza cultural y ecológica del istmo, junto al reconocimiento del potencial de Panamá como plataforma logística para sus actividades comerciales en el hemisferio.
Cuando estoy en París, veo indicios de esto casi todos los días.
