"Thalasos > mar katas > gobierno, poder".
Los panameños, al estudiar el desarrollo de Panamá, siempre olvidamos que el mar y la posición geográfica del país han sido un factor determinante de la existencia de la Nación. Su soberanía, su vida y su prosperidad la han ejercido y obtenido sobre y a través del mar.
Diversos pueblos han conseguido el desarrollo económico, cultural y social gracias a su alianza con el mar, tal es el caso de Creta que fue la primera potencia marítima de la humanidad basando su prosperidad en el comercio debido a su privilegiada ubicación en la ruta de las grandes civilizaciones de la antigüedad. Otros ejemplos lo constituyen Grecia, tal y como lo plasmó Tucides "Cuando Atenas concentra sus esfuerzos en el mar obtiene resonantes éxitos", además de Roma, Cartago, Venecia, España, Portugal, Inglaterra, Estados Unidos, China, Japón y recientemente Singapur. Estas naciones, en su momento, han logrado aprovechar las oportunidades y ventajas que ofrece el dominio del mar. El pasado, el presente y el futuro han sido y serán siempre así. La historia sobre la mar continúa, en su seno se guardan riquezas vivas e inertes. "El mar sigue ejerciendo una influencia crucial en el destino de la Humanidad, constituyéndose en el medio de comunicación más económico y eficiente para el traslado de carga masiva y multiforme u homogénea a grandes distancias". Por ello, los grandes ejes del comercio marítimo están influenciados por condiciones geográficas.
El Panamá Marítimo es un don de su estrecho istmo, que separa los océanos Atlántico y Pacífico en solo 80 kilómetros, pero es también un don de su gente que sin ser pelasgos (pueblos del mar), supieron crear las leyes para que nuestro registro naval sea el más grande del mundo. Por los mares de los cinco continentes navegan más de 8 mil barcos con nuestra bandera y si ayer éramos vendedores de patentes de navegación, hoy tenemos la responsabilidad de administrar nuestro registro con todas las normas y obligaciones que nos exige la Organización Marítima Internacional como son los acuerdos de seguridad de la vida en el mar, protección del medio ambiente marino, terrorismo, condiciones laborales, accidentes marítimos y Estado Rector de Puertos para garantizar las condiciones de navegabilidad de los buques.
Nuestra gente con visión marítima agregó en el título XIV de nuestra Constitución, el artículo 317 que dice: "La Autoridad del Canal de Panamá y todas aquellas instituciones y autoridades de la República vinculadas al sector marítimo formarán parte de la Estrategia Marítima Nacional". Ha sido nuestra gente la que en un Consejo de Gabinete aprobó "La Estrategia Marítima Nacional" mediante resolución No.3 del 28 de enero de 2004, cuyos principales objetivos son los de propiciar y mantener la competitividad además de promover el crecimiento, desarrollo y fortalecimiento de los conglomerados marítimos.
Desde la doctrina Mahan-Spykman que fuera sostenida por Estados Unidos de América y el Reino Unido y que fue seguida por Japón y China y que llevó al presidente de Singapur, Lee Kuan Yue, a declarar en la década de los 60, que convertiría a Singapur en la Venecia del sureste de Asia, ningún país ha hecho una declaración a nivel constitucional y mediante una ley de la República, de la naturaleza que nuestro país ha trazado. Nuestro propósito de hacer una alianza con el mar no es una simple enunciación. Es un sentimiento profundo que se está materializando con el desarrollo de nuestro complejo portuario, las más de 140 rutas marítimas que pasan semanalmente o quincenalmente por Panamá a través del Canal o los puertos y que nos permiten llegar a una población de más de dos mil doscientos millones de personas (nuestro verdadero mercado), con una visión de hacer de "Panamá, líder en actividades de servicios al comercio, transporte y logística, industria y tráfico marítimo" y con la misión de "Brindar servicios y administrar actividades marítimas con eficiencia y eficacia".
Compite Panamá y el Ministerio de Economía con la participación de la Cámara Marítima, los abogados marítimos, la Autoridad Marítima de Panamá y la Autoridad del Canal de Panamá han realizado intensos estudios sobre los conglomerados de trasbordo marítimo, tránsito interoceánico, jurisdicción marítima, marina mercante y explotación marino costera y han desarrollado los clusters de bunkering, (este cluster ya factura más que el Canal de Panamá), reparaciones navales, avituallamiento, jurisprudencia marítima y educación marítima.
Hoy se están ejecutando acciones concretas para propiciar la seguridad jurídica con la creación de un moderno Código Marítimo, que regulará las operaciones portuarias y todo lo relativo a la marina mercante. Además se creará un centro de conciliación y arbitraje, un nuevo reglamento de concesiones que elimine la discrecionalidad del funcionario y que permita una verdadera competencia estableciendo licencias para las industrias auxiliares marítimas en vez de concesiones.
Para convertirse en un centro marítimo tienen que existir dueños de naves y manejar sus operaciones desde Panamá. Hoy las siete empresas marítimas más importantes del mundo han instalado sus oficinas regionales en Panamá. Desde aquí y con mano de obra panameña se está manejando gran parte del comercio regional. Estamos cerca de modernizar nuestra ruta marítima para que buques más grandes lleguen a nuestras costas y así formar parte del gran comercio mundial.
Somos ya una moderna talasocracia, fundamentada en el comercio marítimo internacional y las industrias marítimas auxiliares. Hoy, por primera vez en nuestra historia, el destino y la riqueza de nuestra alianza con el mar, es nuestro.