Gionela Jordan V. gjordan@prensa.com La Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la UNICEF certificaron a Panamá como país libre de los desórdenes por deficiencia de yodo (DDY).
Entre las deficiencias que produce el yodo se incluyen trastornos de crecimiento y desarrollo, aumento de la mortalidad fetal y perinatal, retardo mental, sordera, anomalías congénitas, bocio y alteraciones en el desarrollo encefálico.
Durante un acto protocolar en el que se entregó la certificación, que fue recibida por el vicepresidente, Arturo Vallarino, la representante de UNICEF en Panamá, Nancy Andrade, precisó que en 1991 la OMS adoptó como meta la eliminación de la deficiencia del yodo como problema de salud pública.
Basada en lo anterior, Andrade indicó que en 1993 la OMS y UNICEF recomendaron la yodación universal de la sal como la principal estrategia para eliminación de los desórdenes por esa deficiencia.
Destacó que encuestas nacionales de nutrición realizadas en 1967 por organismos internacionales revelaron que el 16% de la población total presentaba bocio, que es la manifestación clínica de la deficiencia de yodo.
A raíz de esos resultados, añadió que en 1970 se inició la yodación de la sal, pero sin un programa de monitoreo sistemático. Andrade dijo que en 1990, con el apoyo de la OPS, el Ministerio de Salud realizó nuevos estudios que arrojaron buenos resultados porque revelaban algunos avances.
En esa fecha se detectó que la prevalencia nacional de deficiencia de yodo era de un 5% en la población escolar, sin embargo, detectaron algunas áreas donde el problema era mayor, como en la región de Azuero, donde la prevalencia alcanzaba al 21% de la población escolar.
A partir de ese momento, dijo que se inició una acción coordinada de instituciones gubernamentales, salineros, UNICEF, el Club Kiwanis y OPS, con el fin de bajar los altos índices de prevalencia de deficiencia de yodo en el interior del país. En 1999 se realizaron otros análisis que determinaron que los problemas de salud por deficiencia de yodo se había reducido en Azuero a 3.1%, y en todo el país a 3.5%.