COLON. -Estoy muy triste y me ha dado hasta fiebre, expresó sumamente angustiada, con la voz entrecortada, desde la base militar de Georgia, en Estados Unidos, Adriana Gálvez, de 57 años de edad, madre del colonense Leonardo Cargill, de 22 años de edad, quien participa en el conflicto bélico entre EU e Irak.
Adriana Gálvez, quien en la niñez de Leonardo se dedicaba a la venta de frituras en Calle 8 y Avenida Central de la ciudad de Colón, nunca se imaginó pasar por esta angustia y desesperación. Hoy ruega que su hijo vuelva a casa sano y salvo.
Todos los días le pido a Dios que me proteja a mi hijo. Adriana Gálvez en estos momentos acompaña a la esposa de Leonardo, Elizabeth Cargill y a la hija de ambos, Natalie Cargill, de 3 años de edad.
Añadió que su hijo la llevó a pasarse una temporada en EU junto a su familia, pero desafortunadamente tuvo que dejarla. Le pidió entonces que acompañara a su esposa Elizabeth hasta su regreso.
Mi hijo estaba asustado, porque es la primera vez que participa en una guerra y se encomendó a Dios... me habló hace 15 días para decirme que estaba bien y que no podía hablarme por mucho tiempo, indicó.
Su niñez Desde pequeño, a Leonardo le inspiraban los carros de guerra. Adriana nunca pensó que fuese soldado. Cuando tomó la decisión le rogué que no lo hiciera, pero no me escuchó. Hace seis años se enroló en la Armada. Leonardo es artillero del batallón No. 13. También es conductor de tanqueta.
Leonardo estudió en Cristóbal High School en Los Tigres, Coco Solo, Colón, pero terminó sus estudios en Balboa High School, en una carrera técnica.
Pero la vocación de Leonardo le viene de herencia. Su padre se jubiló de la armada. Leroy Cargill fue a la guerra de Vietnam cuando sus hijos estaban muy pequeños.
Según Leroy Jr, de 28 años de edad, su padre siempre les manifestó que la guerra de Vietnam fue una experiencia terrible y muy fea, y que le pidió a Dios que jamás sus hijos pasaran por una situación similar.
Pero hoy Leonardo está en Irak. Desde hace seis meses fue enviado a Kuwait. La última vez que Leroy conversó con su hermano Leonardo fue el domingo 23 de marzo. Ese día le manifestó que se sentía bastante asustado porque es la primera vez que se enfrenta a una guerra de esta magnitud.
El (Leonardo) solo le pide a Dios todos los días, al igual que nosotros, para que regrese bien, dijo Leroy.
Con Leonardo en Irak, Adriana acompaña a su nuera y a diario abren la biblia para orar. Usted no sabe qué días pasamos; la angustia es persistente cuando se tiene un hijo, un ser tan querido y no se sabe nada de él desde hace 15 días, señaló.
Otros panameños en la guerra Pero no solo el panameño Leonardo está en la guerra. Eric Felipe Worrel, reservista de 51 años de edad, también fue llamado para participar en el conflicto armado.
Su hermana Yolanda Worrel de Franklin, quien reside en las áreas revertidas en Colón, manifestó que hace una semana su hermano le comunicó que sería trasladado hacia el Medio Oriente. Eric Felipe Worrel participó en la guerra de Afganistán, y es teniente armero de la Armada.
También está Shashana Nyree Johmson Thorne, una panameña que pertenece a la Compañía de Mantenimiento 507. Ella es una de los primeros cinco soldados estadounidenses reportados como rehenes por Irak. Hoy su familia ruega porque regrese sana y salva a casa, junto a su familia e hija de solo 2 años de edad.
