Los buffets por lo general no me gustan. A quien llega temprano, le toca todo crudo y al que llega tarde, le toca comer suela de zapatos, debido a que la comida tiene que pasarse horas sentada en una bandeja caliente. No me gusta para nada. Pero tengo que decir que la experiencia de Peppers fue muy satisfactoria. Básicamente tienen un precio de lunes a sábado (B/.6.50) y otro para el brunch dominical (B/.7.50). Este fue el que probé, y quedé muy complacida.
El buffet básicamente se divide en tres: la línea caliente, la línea fría -con ensaladas y postres- y la estación de panquecas y tortillas de huevo. No probé las tortillas de huevo por estar concentrada en la cocina caliente, pero tenían todo tipo de guarniciones: tocino, jamón, quesos, cebolla, hongos, pimentones, aceitunas, ad infinitum. Comencé con la línea caliente y he de decir que casi todo me gustó: la carne a la bourguignonne, con una salsa de vino tinto y hongos (todos los hongos eran de lata, pero por B/.7.50, ¿quién se queja?) con un leve toque acidito que me encantó; el cerdo con salsa de ciruelas también estuvo muy bien ejecutado, al igual que el pollo a la cazadora, con su salsita de tomates. Pero lo que más me gustó fueron los camarones (de muy buen tamaño, rayanos en langostinos) a la Thermidor, que tenían excelente sazón. Tal vez las salsas estaban un tris ralas, pero mejor eso que una masacota de maicena. De guarnición había vegetales frescos salteados (chayote, bróculi, zanahorias, cebollas), donde el bróculi y la zanahoria aún tenían textura y color y no se habían degenerado en papilla; dos tipos de arroz: uno con almejas y achiote (por estos precios, no sueñes con azafrán, cariño) y otro que me gustó mucho, con pimentones rojos y verdes. También tenían papas asadas y fritas. Más adelante en la línea había una lasagna de carne con pasta de espinaca que por alguna razón me supo a botiquín, y un trío de salsas de pasta para quien quisiera spaghettini o tagliatelle. Yo probé la salsa de chorizos con hot dogs, con un adobo criollo de tomates y ajos que estaba deliciosa. Las pastas no las probé, así que no puedo decir si las sirven al dente o al desdentado.
En este momento ya no me cabía ni un guisante más, así que solamente escruté la mesa de ofertas frías: tenían una ensalada de pepinos, un bol de cebollas adobadas, una ensalada de coditos con queso y otra de papas con remolacha. Además, cualquier cantidad de frutas frescas. La selección de postres incluía flan, mamallenas y unos dulces de chocolate, pero pasé de ellos porque había ordenado un smoothie de piña, o sea un jugo de piña frappé que estuvo riquísimo, y cuyo costo es aparte (B/.2.50). No ofrecen bebidas alcohólicas pero sí tienen los smoothies (con agua) y los batidos (con leche) de frutas frescas en temporada, por los B/.2.50 antedichos. También tienen té helado, sodas y creo que cappucino por B/.1.50, rellenables. Los niños hasta 5 años comen gratis, de 5 a 10 pagan medio precio y de 11 en adelante, precio completo. Me parece una excelente oferta, y la recomiendo. Dixit.

