Desde niños se nos inculca que los policías son héroes cuya misión es detener y apresar a los "villanos" que atentan contra el orden público, a fin de mantener la paz social. Antes que nada, quiero advertir que no es mi intención mancillar genéricamente la reputación de los agentes de la Policía Nacional (PN), sino develar facinerosas conductas de ciertas unidades de la institución de seguridad. No generalizaré, pues sería injusto acaparar a todos los integrantes de la PN en las acusaciones, ya que, dilucido, "no todos son así". Últimamente se han escuchado en diversos medios de comunicación, noticias atinentes a raros y truculentos comportamientos de integrantes de la institución policial, como, por ejemplo: policías que torturaron a unos delincuentes con el objeto de sonsacarles la ubicación de un dinero escondido; agentes que son denunciados ante la ley por una menor de 17 años, por no haberle pagado sus honorarios de prostitución; y hace ya tiempo, policías que por poco asesinan a golpes y a toletazos a un cantante de reggae durante su presentación por la sencilla razón de que "se sintieron ofendidos por la letra de su canción"; unidades que asaltan a los ciudadanos y muchos otros casos antagónicos a la imagen enseñada desde niños por nuestros progenitores y maestros acerca de estos "héroes".
Los sucesos publicados en los medios no son los únicos que ocurren. Hace poco, un amigo me contó su experiencia con una batida que rondaba las áreas aledañas a San Francisco. Según me narró, se encontraba con unos amigos, varios de ellos menores; todos iban tranquilamente para sus hogares como a eso de las 10:30 p.m., cuando de pronto fueron interceptados por una patrulla que, después de acusar verbalmente a los mayores por "corrupción de menores" (deberían aprender su significado, si es que realmente no lo saben), y a los jóvenes por estar en la calle fuera de la hora permitida, los esposaron para llevárselos a "la estación", pero antes de subirse al carro, un "héroe" les propone: "diez dólares cada uno y los llevamos a sus casas". ¿Qué rayos es esto? Ah, se me olvidaba, y la famosa "actitud sospechosa". Según ellos, pueden detenerte si "muestras una actitud sospechosa".
¿De dónde inventaron eso?, no sé, pero de lo que sí estoy seguro es que saben que ese cargo no existe en nuestra legislación y que el lanzamiento de esa acusación o motivo de detención no es más que una dilogía que indica acertadamente un: "quiero coima". Y el problema no sólo es ese, sino que muchos panameños, al verse esposados y al temer experimentar las calamidades de estar preso, ceden fácilmente a satisfacer los sobornos del oficial. ¿Y a qué se debe esto?, en gran parte a la ignorancia en cuanto a materia penal y administrativa que padecen.
Pero, cuidado, tampoco estoy recomendando exponer una perorata a los policías enlistando cuáles son los derechos de uno y las limitaciones del agente como funcionario, porque, si le llega a caer mal, podría llegar a ser víctima de un vapulamiento de tolete. ¿Qué horroroso, no?, esas no son formas de "hacer respetar" a la autoridad, y mucho menos si se trata de la PN; déjenle esos agresivos y salvajes métodos a las bandas criminales. Recuerdo anécdotas asombrosas: hace un tiempo apelé la ayuda de un oficial cuando le avisé que en la calle contigua estaban asaltando a unos amigos, a lo que el policía respondió de una manera sumamente despreocupada: "no puedo cruzar esa calle porque no es mi área, llamaré a otra patrulla para que lo haga"; te inventan la "actitud sospechosa" para cobrar coimas; hacen un pésimo uso del concepto de "corrupción de menores", figura que, igualmente, esgrimen insidiosamente como herramienta para negociar sobornos; se aprovechan de extranjeros indocumentados para llenarse los bolsillos y etcétera, etcétera, etcétera. ¿Qué sucede con nuestra seguridad nacional?
El señor Mirones debería imponer una estricta y fructífera depuración en la PN, empleando otros mecanismos de fiscalización para capturar a los corruptos que lo que logran es que en el futuro no podamos continuar con la tradición de traspasarle a nuestros hijos la ilusa idea de que "los policías siempre te ayudarán, ellos son los "héroes" a quienes debes recurrir cuando los necesites, ya que son de total confianza". ¿En quién confiar?, ¿cómo identificar ahora a los héroes de los villanos?
