TORONTO, Canadá. Adolf Hitler es una tema difícil.
Pero el director debutante Menno Meyjes ha hecho una película sobre una faceta del líder nazi de la que se habla en raras ocasiones: sin el cliché del orgulloso dictador que usaba bigote, sino como un joven artista, antes de desatar los sucesos más catastróficos del siglo XX.
Meyjes dirigió Max, una película sobre la relación entre Hitler y su maestro de arte, el judío Max Rothman -un personaje ficticio-, que se estrenó en el Festival Internacional de Cine de Toronto esta semana.
Para empezar, Hitler es un tema tabú, y luego de darle un toque más humano asustó a las productoras, dijo Meyjes, quien fue nominado para un premio Oscar por el guión de El Color Púrpura.
Si uno quiere decir que él fue un monstruo, entonces lo coloca fuera del cálculo humano. Lo que realmente sucedió fue que Hitler era una persona muy inconforme consigo mismo, estaba tan ansioso, tan torcido con tal falta de fe, que decidió que sería más fácil convertirse en monstruo que en ser humano, dijo.
El tomó esa decisión conscientemente, agregó.
La película ya ha sido recibida con algo de controversia: algunas críticas provienen de sobrevivientes del Holocausto y la comunidad judía, y otras de personas que ni siquiera la han visto.
Nadie que haya visto la película pensaría, aunque sea por un momento, que la película tiene en modo alguno, algo de simpatía por los nazis, dijo John Cusack, quien interpreta a Max Rothman.
Cusak dijo que su padre, quien combatió en la Segunda Guerra Mundial, estaba incómodo con la idea de humanizar a Hitler. Pero Cusak alega que esa era una película que debía hacerse.
Noah Taylor, quien encarna a Hitler en la cinta, opinó que la condición humana de Hitler es prominente, ya que gran parte de la historia de la humanidad se construye alrededor de la crueldad de la gente.
Guste o no, él estaba compuesto de miles de fragmentos de ADN y habría comido todas las noches, hubiera tenido que comprar cosas de la tienda, (hacer) las mismas cosas mundanas de la vida diaria, dijo Noah Taylor, conocido por su trabajo en la cinta Resplandor, premiada con un Oscar.
¿En qué punto alguien se convierte de forma evidente en el diablo?, se preguntó.
Para Hitler, en la película, el momento del cambio se produce cuando él decide que su talento artístico no es suficiente y que no obtendrá el reconocimiento que ansía en 1918, en el Munich de la posguerra. Entonces vierte su energía en un odio obsesivo a los judíos y en el futuro político de Alemania.
La película se basa en algunos hechos conocidos sobre el dictador nazi, quien pensó seriamente en convertirse en un artista.
