Cuando faltan ocho meses para su salida del Gobierno, el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, sigue fortaleciendo su prestigio internacional en una forma inimaginable hace ocho años, cuando ganó en la segunda vuelta las elecciones presidenciales tras tres intentos fallidos.
Su inclusión por la revista estadounidense Time en la lista de los 25 líderes más influyentes del planeta, ayer, se suma a honores similares recibidos por el ex obrero brasileño de los más importantes medios de la prensa mundial, como los diarios El País, de España, y Le Monde, de Francia, que lo eligieron como la personalidad del año de 2009, y el británico Financial Times, que lo incluyó entre los 50 personajes que moldearon la última década.
A partir de fines de la década de 1980, como sindcialista comandó las primeras huelgas realizadas en Brasil bajo el régimen militar que gobernó dictatorialmente el país entre 1964 y 1985, y en 1980, aliado a sindicalistas e intelectuales, fundó el Partido de los Trabajadores (PT), que poco más de dos décadas después llegaría al gobierno. Lula se postuló a la Presidencia brasileña por primera vez en 1989, en las primeras elecciones directas tras la dictadura militar, y fue derrotado por el conservador Fernando Collor de Mello, desalojado del poder en 1992 por un escándalo de corrupción.
El ex sindicalista vio nuevamente frustrados sus intentos de llegar al gobierno en los comicios de 1994 y 1998, en los que fue superado por el socialdemócrata Fernando Henrique Cardoso, pero finalmente salió victorioso en 2002, cuando optó por una campaña moderada y muy alejada del programa del PT que abogaba por nacionalización masiva de empresas privadas y por la moratoria de la deuda externa.
En sus poco más de siete años de gobierno, Lula conquistó masivo apoyo popular gracias a sus programas sociales como el Beca Familia –que concede ayuda financiera estatal a unos 55 millones de brasileños pobres– y también la confianza del empresariado y de los banqueros, mediante una política económica basada en disciplina fiscal y estímulo a la producción.
Con índices de popularidad interna superiores al 70% y prestigio internacional en ascenso, el principal objetivo de Lula hoy es el de elegir como sucesora en el Gobierno a la ex ministra del Gabinete Civil, Dilma Rousseff, la candidata del PT que, por ahora, marcha segunda en la disputa por los comicios de octubre, según las encuestas.
El actual líder de los sondeos preelectorales, el ex gobernador de Sao Paulo, José Serra, reaccionó con elegancia a la inclusión de Lula en la lista de Time: “Felicitaciones al presidente Lula”, escribió el socialdemócrata en su página en Twitter, en la que agregó que ese hecho “es bueno para Brasil”.
