En el derecho penal existe un número plural de principios que se convierten en normas jurídicas vigentes en los diferentes países. Así, existe el principio de presunción de inocencia, consagrado en nuestra Carta Magna, el cual señala que toda persona es inocente hasta que se demuestre lo contrario; en Panamá pareciese que invertimos el principio, somos los ciudadanos los que tenemos que demostrar nuestra inocencia.
Existe igualmente el principio de legalidad el cual consagra que los delitos y las penas deben estar establecidas en la ley; en Panamá, observamos en muchas oportunidades que se crean, por parte de algunas autoridades, delitos y se aplican penas sin que estén fijadas en una norma jurídica vigente. También existe el principio que señala que la duda beneficia al reo, en Panamá lo cual significa que si una autoridad jurisdiccional no está convencida de que la persona sindicada es responsable o culpable del delito que le acusa por existir duda en cuanto a este aspecto, el funcionario debe eximir de responsabilidad al sindicado. En Panamá existe una gran cantidad de expedientes donde las evidencias aportadas resultan no claras para detener o condenar a una persona y el funcionado jurisdiccional, a pesar de tener duda, procede.
En nuestra legislación existe una norma que consagra que la detención preventiva es la última medida la cual debe aplicarse por parte de los agentes del Ministerio Publico en la etapa sumarial, en Panamá la detención preventiva es la medida que más se aplica por parte de los funcionarios, a pesar de que existe una lista larga de medidas que pueden ser aplicadas. Nos preguntamos porqué esta acción por parte de los Fiscales, y nos respondemos que en Panamá pareciese que primero se detiene y después se investigan los hechos delictivos, con lo cual estamos poniendo la carreta delante de los bueyes, como se dice en buen panameño
Pienso que la Corte y la Procuraduría debieran refrescar la mente de sus funcionarios a fin que, en el desarrollo que hacen de la justicia, pongan en vigencia esos principios fundamentales en materia penal que pareciesen olvidados por muchos.