Punta Mala, un valioso activo para el país

Durante los últimos días la población panameña ha sido testigo del escándalo generado en respuesta a la detención por más de ocho horas de periodistas del diario La Prensa, llevada a cabo por miembros del Servicio de Protección Institucional (SPI) bajo cargos de atentar contra la seguridad de la casa de recreo presidencial ubicada en Punta Mala, distrito de Pedasí en la provincia de Los Santos, al intentar tomar imágenes para un reportaje sobre las condiciones físicas de ésta en atención a su proyectada venta pública, anunciada por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) desde hace ya un año y medio.

Todas las facilidades (agua potable, acueducto, alcantarillado, telecomunicaciones, aeropuerto y helipuerto, luz eléctrica, carretera de acceso, etc.), instalaciones y terrenos con que cuenta esta lujosa e histórica residencia ubicada en uno de los puntos más estratégicos de nuestro istmo, podrían tener un uso más productivo si pudiera convertirse en una base del Servicio Marítimo Nacional (SMN), así como para albergar algunas dependencias de la Escuela Náutica Nacional que permitan entrenar personal de marina en las mejores condiciones, lo cual sería de gran provecho para nuestro país por dos razones: primero como centro logístico para operaciones de vigilancia contra el tráfico de drogas e indocumentados, junto a la pesca ilegal en las aguas territoriales cercanas a la península de Azuero; y segundo, como centro de entrenamiento, ideal para unidades en tareas de guardia costera en las aguas territoriales de la república de Panamá. Así mismo pudieran instalarse oficinas administrativas del IPAT para atender los requerimientos de operadores turísticos en un área donde se considera actualmente desarrollar multimillonarias inversiones hoteleras de playa y ecológicas. Debemos tener en cuenta que hay áreas cercanas a Punta Mala de gran interés científico a nivel mundial, tales como la bahía de Achotines en la punta sudeste de la provincia de Los Santos en la península de Azuero, colindante con el litoral Pacífico de la república de Panamá donde, según reportes de la fundación ANCON, el mar alcanza profundidades de más de 200 metros a solamente unos cinco a ocho kilómetros de la costa, y que cumple una vital función en el ciclo de vida de varias especies de atún que desovan allí durante todos los meses del año. Es precisamente allí donde la Comisión Interamericana del Atún Tropical (CIAT) mantiene un completo laboratorio de investigaciones marítimas de estos peces pelágicos (de mar abierto), considerados los más valiosos para la industria pesquera mundial. Por otro lado tenemos en los alrededores de la península de Azuero excelentes atractivos turísticos conocidos allende nuestras fronteras, tales como playa Venado, considerada uno de los mejores sitios en el mundo para practicar el surf, así como las de Arenal y Desfiladero, de grandes bellezas escénicas y cercanas ambas al arrecife de coral más importante de todo el litoral pacífico americano. Así mismo hay islas como la de Iguana, considerada un importante refugio para el desove de tortugas marinas y de anidación para diversas especies de aves, muchas de ellas en peligro de extinción en el resto del país. Especial atención merece la isla de Coiba, considerada la más grande del litoral pacífico americano y elemento fundamental del Parque Nacional de Coiba (PNC), el cual comprende además de ésta las islas de Ranchería (Coibita), Pájaros y Brincanco Afuerita, Canal de Afuera, Uva, Contreras, Jicarón y Jicarita, e igualmente unos 2 mil 165.4 kilómetros cuadrados de superficie marina. A Coiba se busca convertirla en un importante destino turístico a nivel mundial, buscando dejar atrás esa imagen histórica de centro penal donde cientos de panameños fueron enviados allí por diversas causas penales o políticas a cumplir largas condenas, y en las que fueron víctimas de duros tratos y hasta torturas. Esta área cuenta con una tremenda biodiversidad en sus aguas y tierra firme, por lo que necesita ser protegida tanto de la pesca ilegal por barcos pesqueros extranjeros que diezman sin contemplaciones los recursos marinos, así como de quienes se dedican a extraer de sus bosques finas maderas y cazar su fauna nativa sin ningún tipo de control gubernamental.

Por tanto, reiteramos nuestra propuesta de utilizar las facilidades, terrenos e instalaciones de la casa presidencial de Punta Mala para la promoción del turismo, establecer una base del SMN debidamente equipada y con el personal adecuado que permita custodiar debidamente esa amplia extensión de mar territorial panameño, así como de la Escuela Náutica Nacional para entrenar a personal en tareas de guardia costera con el fin de resguardar nuestras aguas de la comisión de muchos graves delitos como la explotación ilegal de nuestros recursos pesqueros, así como el tráfico de narcóticos y de seres humanos, los que son llevados a cabo en la actualidad sin mayor problema por extranjeros y nacionales debido a la falta de vigilancia adecuada en esta región de la República. El futuro de Panamá verdaderamente lo requiere. Punta Mala es algo más que un antiguo faro.

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