CIUDAD DE MEXICO (UNIVERSAL DE NOTICIAS). -El cantante español Raphael no niega ser maldito, aunque aclara que no lo es tanto. No sabe si está a la vanguardia, pero lo intenta. Su edad es difícil saberla porque lleva 39 años cumpliendo 23.
Con esas respuestas llegó a México El divo de Linares, quien tiene en sus manos dos discos. Uno titulado Maldito Raphael, compuesto por temas de los 80 (como A quién le importa y Only you), y otro homónimo, ya que es una antología de lo mejor de casi 40 años de carrera musical.
En conferencia de prensa el intérprete señaló que el hecho de que haya grabado un álbum con canciones ya conocidas que estuvieron de moda hace 20 años no quiere decir que sea melancólico.
Para nada, yo no sé ser nostálgico. Prefiero pensar en el presente y en el futuro, añadió. Sin lugar a dudas este hombre dio la vuelta al mundo por sus gestos, movimientos corporales y esa forma de interpretar tan apasionada.
De frente a los periodistas mexicanos, dijo que existe una secadez de compositores, pero aclaró que no se trata de este momento en específico, sino de una crisis que tiene por lo menos 20 años.
Por supuesto que no necesita reinventarse porque a cada momento procura perfeccionarse y ser mejor que antes. Como muchos otros artistas se siente orgulloso de trabajar en lo que le gusta y además de gozar de un buen sueldo.
Su talento, asegura, es innato, porque nunca en su vida ha hecho nada por cuidar sus cuerdas vocales, aunque también especificó que tampoco las descuida. Su disco Maldito Raphael seguramente será muy criticado desde la portada, la cual es rosa. La disquera escogió ese color para evitar la piratería del álbum, añadió. Asegura que cantará hasta que Dios se lo permita.
Sobre la posibilidad de presentar otro volumen del libro que él mismo escribió, ¿Y mañana qué?, apuntó que por el momento no lo hará. Quiero esperarme por lo menos hasta mayo del próximo año para presentarlo, porque ahora sería mucha saturación. Dos discos y además el libro, imagínate, apuntó.
Raphael está casado y tiene tres hijos: Jacobo, Alejandra y Manuel. Uno es director de cine, la niña restauradora de arte y el más chico todavía está en la escuela.
