José Otero jotero@prensa.com Marcos Manjarrez rompió ayer en llantos ante la presión de ver las imágenes grabadas y las fotografías del cadáver del sacerdote Jorge Altafulla durante la reconstrucción del asesinato, realizada por la Fiscalía Auxiliar.
Fuentes ligadas a este caso informaron que Manjarrez en varias ocasiones entró en crisis y se echaba a llorar, lo que provocaba que la diligencia judicial se suspendiera por momentos.
Manjarrez, quien confesó el homicidio del padre Altafulla ocurrido el pasado 20 de mayo, no soportó ver las fotografías y las filmaciones de la escena del crimen en las que aparecía el cadáver del sacerdote y que tuvo que ver como parte de la reconstrucción.
También se informó que, ocasionalmente, Manjarrez divagaba y decía no recordar parte de los eventos de la noche del crimen.
El acusado se negó inicialmente a escribir el mensaje que apareció en la escena del crimen y que se usará para efectuar un prueba caligráfica. Finalmente accedió y escribió en el piso la nota con un marcador rojo.
En tanto, Rafael Rodríguez, abogado defensor del acusado, denunció que hubo irregularidades en esta reconstrucción y que presentará hoy, sábado, una objeción, por escrito, al Fiscal Auxiliar Carlos Augusto Herrera.
Rodríguez señaló que la Fiscalía Auxiliar se negó a incluir en el inventario que se levantó sobre las pertenencias del cura los envases de perfumes, mucho de los cuales, según dijo, eran de mujer, además de tarros de vaselina y otros artículos personales que estaban en la habitación de Altafulla, en la iglesia Nuestra Señora de Guadalupe, en donde ocurrió el crimen.
A consecuencia de la tensión existente entre la defensa del acusado y los encargados de efectuar esta diligencia judicial y la crisis emotiva que afrontó Manjarrez, la reconstrucción fue suspendida hasta próxima fecha.

