La violencia armada, que se creía controlada al aplicarse una actitud más enérgica contra el hampa en Colón, se mudó con el nuevo año al área metropolitana, donde se han reportado 11 asesinatos en los primeros 10 día de enero.
El índice de violencia se disparó en el pasado diciembre en la ciudad de Colón, cuando se registraron 12 homicidios frente a uno solo que se consumó en diciembre del 2001.
Las autoridades, que habían mantenido una actitud casi contemplativa ante las matanzas, finalmente se reunieron y tomaron acciones para frenar la creciente violencia.
Se incrementó el pie de fuerza policial en más de 300 unidades; se revivieron en Colón los decretos y resoluciones de la Gobernación y de la Alcaldía, por los cuales se prohibía que menores de edad deambularan luego de las 9:00 p.m. y que los adultos portaran armas de fuego sin el permiso respectivo. Pero lo que dio un alto a la ola de violencia fueron los operativos policiales, a diversas horas del día, con la participación de la PTJ, Fiscalía Antidrogas, Migración, Aduanas y otras instancias de seguridad.
La decisión de aplicar estas acciones, aprobadas por el 90% de la población colonense, no dejó de provocar las críticas de algunos inconformes.
El alevoso crimen del cónsul panameño en Guayaquil, José Manuel Ciervide Lacayo, acaecido en Las Cumbres, el pasado 8 de enero, derramó la copa de la paciencia de la comunidad y obligó al director de la Policía Nacional, Carlos Barés, a ordenar una acción más enérgica de la Fuerza Pública contra el crimen organizado. Así, empezaron a realizarse operativos de profilaxis social llamados Guerra contra el hampa y allanamientos en sectores de mayor incidencia delictiva. En Colón, se reforzó el pie de fuerza y en solo dos semanas se practicaron 2 mil 500 detenciones. En Panamá, en Barraza, se efectuaron unas 250.
Las preocupaciones de las autoridades no fueron para menos. El año concluyó con 355 asesinatos en todo el país, de los cuales 216 se suscitaron en el área metropolitana (Panamá y San Miguelito) y 64 en la ciudad de Colón. Los restantes ocurrieron en el interior del país. Un buen porcentaje de ellos se derivó de rencillas entre bandas por el dominio de territorios y de lotes de droga. El común denominador fue la juventud de sus actores y el uso de armas de fuego para ejecutarlos.
La Policía Nacional insiste en que la denuncia ciudadana es vital para ganarle la pelea a la violencia y a los delitos. Todo depende, entonces, de la ciudadanía.
Decretos y resoluciones Ciudad de Panamá

