El recién designado embajador de Panamá en Washington, Roberto Alfaro Estripeaut, logró el espaldarazo de la Asamblea Legislativa, tras presentarse ante la Comisión de Relaciones Exteriores para exponer su agenda de trabajo y sus apreciaciones sobre temas neurálgicos de política exterior.
Alfaro, que cumplía así con un requisito establecido en la Ley 28 de 7 de julio de 1999, afirmó que una vez posesionado le dará seguimiento al tema del saneamiento de los polígonos de tiro utilizados por el ejército estadounidense en el istmo. Aseguró que el asunto fue bastante adelantado por su predecesor Guillermo Ford, y que en adelante hay que reanudar conversaciones con el Pentágono.
Precisó Alfaro que es necesario insistir en la iniciativa de negociar un tratado de libre comercio con Estados Unidos, sobre el cual Centroamérica ya partió por delante. Ligado a ello, habló sobre otro aspecto sensitivo: el del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), que, por sus implicaciones, ha levantado polémica en muchos de los parlamentos latinoamericanos.
Para el nuevo embajador, estas objeciones son cosas pasajeras en materia de negociación y no deben constituir problema al momento de entrar en la negociación final de un acuerdo de libre comercio para las Américas.
La meta, apuntó, implica lograr un acuerdo de libre comercio entre Centroamérica y Panamá con Estados Unidos. Si ello se alcanza, se garantizaría quedar insertados en un acuerdo de libre comercio de las Américas. Durante su comparecencia, también citó otros proyectos de gran interés para Panamá, a los que también imprimirá sus esfuerzos: la Universidad Marítima; un puerto de conveniencia que no requiera aplicar visado a turistas estadounidenses y promover las inversiones en la Ciudad del Saber.
Alfaro fue ministro de Comercio e Industrias y el último cargo ejercido fue el de embajador de Panamá en Roma. Según el presupuesto, devengará un salario mensual de mil 500 dólares y 13 mil 500 dólares en gastos de representación.

