Hace unos días, conversando con algunas personas sobre la posible expansión del Canal, me di cuenta de que algo estaba cambiando. Antes, la mayoría de las personas veía con buenos ojos la expansión de la ruta. Ahora, algunos de ellos dicen que no votarían a favor de una expansión ya que de seguro eso es otro "chanchullo" de los políticos para beneficiarse. Aparentemente, con las últimas noticias y situaciones que se han dado en el país con los gobiernos pasados y con situaciones presentes, la gente percibe que todo lo que se haga en el tema del Canal, inevitablemente estará ligado a algún acto de corrupción.
No caigamos en pesimismos al escuchar que el Canal no beneficia a los panameños, ya que el panameño de a pie dice no sentir el beneficio del mismo. En este sentido debemos estar claros de que el Canal no es culpable de que todo el dinero que le produce al Estado, termine derrochado por la mafia que ha venido rigiendo los actuares de tantos gobiernos y que se resumen en la cultura de la corrupción que a todos nos empobrece, y que tradicionalmente sólo ha servido para crear nuevos millonarios cada 5 años a costa de la pobreza de miles. Tan sólo tomemos como ejemplo el resultado del último estudio sobre el gasto social efectuado por Arden&Price, y publicado en La Prensa el 26 de junio del corriente año. En el mismo se concluye que el 90% del gasto social se lo come la burocracia gubernamental. Esto explica por qué los más de 2 mil 400 millones aportados por el Canal directamente a la economía en seis años, a pesar de ser una cifra enorme, el panameño de a pie y no político, no la siente. Lo único que sí siente son las subidas de impuestos para reponer "lo que se pierde". Es importante que sepamos diferenciar ambas cosas ya que son temas muy distintos.
En el tema del Canal debemos tomar nuestra decisión con cabeza fría ya que se trata de una decisión de negocios y en el mundo de los negocios no se puede actuar en base a sentimientos; actuar así sería el equivalente a lo que se hace en los juegos de azar y es poco probable que salgamos beneficiados con este método. Desde mi punto de vista, siempre he observado cómo cualquier ruta nunca se queda estática. Se puede observar cómo hay un hilo económico que corre de la mano con ellas. Cuando este flujo económico se fortalece gracias a las prestaciones de la ruta, casi siempre ocurre lo que ya se imaginan: terminan por ampliarlas. ¿Y para qué? Precisamente para fortalecer la bonanza económica y el desarrollo que propician. Hasta ahora no conozco una carretera en este país que haya sido hecha demasiado grande y que se prevea que nunca deberá expandirse.
Esta fuerza que provoca casi inevitablemente que todas las rutas tengan que ampliarse con el tiempo, surge de la presión ejercida por factores económicos y de mercado, y no por el azar o el simple deseo de alguien. En el mundo marítimo, nuestro país es una ruta importante para el comercio mundial. Gracias a ésta, se generaron comunidades alrededor de nuestro Canal, floreció el comercio facilitado por la ruta, y llegamos a un punto en que la presión de los factores económicos y de mercado, están empujando para ampliar el camino que se queda chico, ya que el comercio mundial sigue creciendo. Este crecimiento lo podemos constatar donde sea. Ya sea a través de las estadísticas de tráfico de la ACP, o a nivel macro, con las estadísticas sobre el movimiento comercial entre los diferentes bloques económicos. Estoy seguro de que dicha ampliación de nuestro Canal, de ser factible, traerá consigo lo que trae siempre en otros casos: crecimiento económico y un mayor conglomerado comercial alrededor del mismo, con el consabido beneficio económico para todos los que habitan en este país.
Ejemplos de la acción de estas fuerzas económicas tenemos de sobra; por ejemplo, los campesinos exigiendo que se expandan los caminos de penetración para poder sacar sus productos. Seguramente estos caminos empezaron como trochas de tierra, pero con el tiempo, terminan asfaltados y de dos vías. Como mencioné antes, la fuerza expansiva viene de factores económicos y de mercado ya que los caminos tienden a hacer florecer las economías al facilitar el intercambio comercial. Este intercambio comercial es innato en el hombre y a la vez contribuye a su libertad individual, por lo que no creo que esta situación disminuya en un mundo cada vez más globalizado.
Ahora bien, si los estudios de ampliación del Canal demuestran su factibilidad y a la hora de escoger prima el "sentir común" en vez del "sentido común", sucederá como quien decide bloquear el flujo de un río, tarde o temprano se embalsará el agua y correrá por otro lado ya que el comercio no se va a detener, siempre encontrará alguien que le ofrezca el paso y por allí tomará. El que le ofrezca el paso será el gran beneficiario, y si nadie le ofrece el paso pueden estar seguros de que hará su propio camino. Recordemos que el aporte del Canal de Panamá a la economía en seis años ha sido mayor a lo aportado por la misma entidad bajo administración estadounidense durante 85 años.
Estamos hablando de más o menos 2 mil 400 millones directamente, pero si analizamos todo el conglomerado que gira en torno al Canal habría que multiplicar esta cifra varias veces.
¿Cuánto sería si pudiésemos duplicar el flujo a través del mismo?
Por todo lo anterior, ya sea que decidamos respaldar o no la posible ampliación de nuestro Canal, debemos basarnos siempre en el "sentido común" y no en el "sentir común", no sea que se convierta en un voto de castigo que termine azotándonos a todos.
