El síndrome X, un trastorno metabólico también conocido como CAOS, puede deberse a la resistencia a la insulina. Los expertos comienzan a develar este conjunto de afecciones que golpea de forma demoledora sin previo aviso, y es que abarca desde la hipertensión y los problemas cardíacos, hasta la diabetes, la obesidad, el envejecimiento acelerado y la infertilidad femenina.
A menudo, este grupo de desórdenes no presenta señales evidentes de advertencia, hasta que se manifiestan a través de una diabetes, un ataque al corazón o una apoplejía.
Los endocrinólogos y los cardiólogos lo diagnostican y conocen cada vez más, aunque todavía es un desconocido para muchos médicos generalistas y la población.
Este asesino sin nombre, es uno de los peores enemigos de la salud humana y puede ser aún más nocivo que el colesterol alto como causante de los trastornos coronarios, ha advertido su descubridor.
Las mujeres afectadas por este síndrome tienen más riesgo de sufrir un trastorno de ovarios poliquísticos, en el cual los ovarios desarrollan multitud de pequeños quistes y no pueden liberar óvulos normalmente. El envejecimiento acelerado puede ser otro de los efectos de este grupo de trastornos.
El organismo resiste la insulina
La denominación Síndrome X la ha acuñado el doctor Gerald Reaven, de la Universidad de Stanford, en EU, y describe una serie de trastornos de la salud que suelen afectar a las personas cuyos organismos tienen un problema metabólico denominado resistencia a la insulina.
Habitualmente este síndrome incluye hipertensión o tensión sanguínea elevada, así como dislipidemia, que consiste en un elevado nivel sanguíneo de triglicéridos y/o un nivel bajo de colesterol saludable o HDL. También incluye alguna afección cardiovascular, y una parte considerable de los afectados también puede desarrollar diabetes del tipo II.
Algunos expertos, como el doctor Reaven, creen que la resistencia insulínica causa estos desórdenes, aunque otros no están seguros sobre si aparece antes, o por el contrario es el resultado de un elevado nivel de triglicéridos o de azúcar en la sangre.
En los adultos, la diabetes no se desarrolla debido a que el páncreas de la persona falle en producir insulina, sino debido a que los tejidos del afectado aumentan progresivamente su resistencia a esta hormona, cuya función es impulsar la captación celular del azúcar como combustible para el organismo.
Como resultado de este proceso, el páncreas puede producir cada vez más cantidad de insulina para mantener un nivel normal de azúcar en el torrente sanguíneo. Si se producen de forma simultánea, la resistencia insulínica y la sobreproducción de la hormona pueden tener efectos severos en el organismo.
Normalmente, la insulina relaja los vasos sanguíneos, pero cuando el tejido vascular se vuelve resistente a la hormona, los vasos sanguíneos permanecen en contracción, lo cual conduce a una hipertensión, explica el endocrinólogo James Sowers, de la Escuela Médica de la Universidad Estatal Wayne, de Detroit, EU.

