El camino que conduce al mirador Vistamares es angosto y difícil. Como consecuencia de la frecuente lluvia, el terreno es bastante anegadizo. Cabe recordar que el promedio de precipitación anual para Cerro Azul es de 2,500 a 3,500 milímetros cúbicos por año.
Localizado a una altura aproximada de 3 mil pies sobre el nivel del mar, desde el mirador Vistamares se puede apreciar una panorámica que definitivamente no se observa en ningún otro punto ubicado a tan solo 45 minutos de la ciudad.
Como explica el guía Daniel Durán, jefe de seguridad del proyecto de urbanización de Altos de Cerro Azul, en día despejados, hacia el oeste se puede apreciar el lago Alajuela y el Mar Caribe, y la ciudad y la bahía de Panamá hacia el sur. De allí su nombre de Vistamares.
Lamentablemente, esos días despejados son bastante escasos durante la temporada lluviosa. Como ahora, en que una cerrada niebla oculta todo en derredor. La misma es cortada por unos alaridos que parecen provenir de los cerros cercanos.
Inicialmente se atribuyó el origen del ruido a la fuerza con que el viento sopla en esta zona montañosa, el cual puede alcanzar velocidades hasta de 80 kilómetros por hora.
Pero, rápidamente, Durán explica: No es el viento, son los monos, nos corrige.
