Fue lo que le aseguré a mi hijo de seis años cuando vino a mí, triste por los comentarios de la empleada. A Tomy se le había caído su primer dientecito esa tarde. Desde que me dijo que el diente estaba flojo, empecé a recordarle lo que antes le había contado: cuando a los niños se les cae un diente, deben ponerlo bajo la almohada para que, durante la noche, el ratón Pérez se lo lleve y a cambio le deje algo de dinero. ¿Mami y qué hace el ratón Pérez con los dientes?. Ni idea Tomy, ni idea, le contesté. Ya lo había convencido otra vez. Entonces me puse a pensar
Sé que la tendencia actual es hablarles con la verdad a los niños. Estoy de acuerdo con explicarles cómo llegan al mundo, pero tampoco hay que exagerar quitándoles las pocas fantasías e ilusiones que en la edad de la inocencia puedan tener en estos tiempos tan llenos de maldad y peligros.
Tengo una amiga, agradable persona por cierto, cuyos hijos abren los regalos cualquier día: igual los abren el 22 de diciembre en la tarde, como el 26 de diciembre al mediodía. No hay fotografías que capten sus caritas llenas de ilusión mientras buscan, debajo de las ramas del arbolito de Navidad, lo que con tanto amor se supone les trajo Santa Claus, San Nicolás, el Niño Dios o los Reyes Magos. Peor aún, una prima mía lleva a sus hijos, de cuatro y seis años, a comprar los juguetes que se supone trae Santa. Me dice que les ha explicado que Santa Claus les dio a ella y a su esposo el dinero para comprar los regalos. Me pregunto: ¿dónde queda la emoción y la sorpresa de los niños al desenvolver las cajas envueltas en bellos papeles de colores? Entonces, ¿para qué perder tiempo envolviéndolos? ...¡Pobres niños!
La vida de por sí es muy dura para los niños de hoy: crímenes y sexo salvaje por todos lados; recordatorios constantes del porqué no deben hablar con extraños, asesinatos, maltratos, pandillas, divorcios en fin, a los niños les quedan pocas cosas buenas, entonces, ¿por qué arrebatarles el placer de disfrutar de los clásicos infantiles, canciones para niños y demás cosas lindas que deben acompañar la niñez?
Todavía recuerdo a una madre y sus dos hijas que compraban vestidos de baño en un reconocido almacén de ropa para niños. Miraban buscando el vestido de baño perfecto (las niñas no pasaban de los ocho años). Cansada de buscar sin encontrar lo que deseaba, la mujer, de unos 32 años, le preguntó a la dependienta que la ayudaba: ¿No tienen uno con hilo dental?. Que una joven se ponga un bikini hilo dental no debe preocupar a más nadie que a ella misma, pero ¿una niña de ocho años?
Sin querer profundizar en la psicología infantil y el porqué los niños deben pasar, acorde a su edad y madurez, por cada una de las etapas del desarrollo físico, emocional e intelectual, nosotros como padres debemos tratar de salvaguardar sus años de niñez e inocencia, etapa en que los niños creen en príncipes y princesas, en los enanitos del bosque, sirenas, dragones, y lo más importante que sus padres ¡somos lo máximo!
La autora es relacionista pública y editora de una revista empresarial
