En el gobierno pasado los transportistas del sector colectivo (“diablos rojos”) logran persuadir al gobierno para que les apruebe el alza del pasaje, que quedó condicionada al mejoramiento del servicio y del equipo rodante; compromiso éste incumplido por la mayoría de los transportistas.
El actual gobierno debió hacer valer el compromiso y, si hubiera sido necesario, facilitarles un apoyo económico (préstamos) para el mantenimiento y renovación de sus equipos rodantes, en vez de repetir el error cometido en la época de la dictadura cuando se trajeron los buses Pegasso, inadecuados para nuestro país. Esa compra resultó un fracaso, con la pérdida de millones de dólares. Se cometió un error similar en el gobierno anterior, financiando buses inadecuados; muchos fueron rechazados por sus mismos propietarios por ineficientes y por sus continuos daños mecánicos.
La experiencia nos ha demostrado que los buses que mayor rendimiento han tenido por su tamaño y condiciones, son los famosos “diablos rojos”. A pesar de que cuando ingresan al país, en su mayoría son de segunda mano, su mala fama se debe al manejo irregular de sus conductores.
No comprendo cómo el actual gobierno quiere nuevamente invertir sumas millonarias en buses que, por su gran tamaño, son inadecuados para transitar en nuestras estrechas calles y que incrementarán el congestionamiento vehicular, en vez de buscar una solución permanente y definitiva con un adecuado servicio de transporte masivo.
Con el proyecto Transmóvil se beneficiarán, como en el pasado, grupos minoritarios que tienen que ver con la adquisición de esos autobuses; el perjuicio será para todos los panameños. La cantidad de buses que se piensa traer es de mil 400 unidades, aproximadamente (cuando se concluya el proyecto), por un valor de más de 200 millones de dólares. A esto hay que agregarle la indemnización de 25 mil dólares que se pagará a cada propietario actual de un “diablo rojo”. Y, como si fuera poco, he escuchado que el gobierno les está pagando la suma de 500 dólares al mes para que se capaciten.
El Transmóvil es un proyecto que no tiene base lógica en nuestra ciudad; el mismo ha sido rechazado por la mayoría de los panameños, incluyendo a figuras importantes del PRD. Ricardo Martinelli, quien igualmente ha rechazado este proyecto, viajó recientemente a República Dominicana con la intención de ver de cerca el funcionamiento del metro. Él, al igual que todos los panameños, sabe que Panamá necesita un medio de transporte masivo y económicamente viable, combinado con buses que permitan alimentar este servicio de transporte. Sin duda uno de los primeros proyectos que se llevará adelante en el próximo gobierno será el del metro o un servicio que sea eficiente, económico y que se ajuste a las necesidades de los panameños.