Estos datos son muy alentadores. Sin embargo, asalta nuestra mente la incertidumbre de saber cuál es el área donde más necesitamos hacer un esfuerzo para satisfacer las demandas turísticas internacionales. Llama la atención ver en muchos hoteles y restaurantes de la localidad la escasez de cordialidad y sonrisas. Mientras que es muy común encontrar la atención amable de recibir en un restaurante una porción de pan o un limón extra, por citar un ejemplo. Ciertamente estas cosas tienen un costo monetario real, sin embargo, lo que menos cuesta y al mismo tiempo resulta más eficiente es una sonrisa y un saludo acogedor para acompañar el servicio. No corregir esta situación aunque no lo crea afecta al visitante, quien dudará si volver al local e incluso al país.
Es por ello que se hace necesario comprender que el turismo no es un negocio de emergencia destinado a salvaguardarnos de una crisis. En su lugar, debería ser una de las entradas principales de dinero y prestigio por aprovechar.
Nos encontramos en una fase en el desarrollo turístico mundial donde miles de potenciales turistas están en busca de nuevos destinos, tomando en cuenta que muchas regiones se encuentran seriamente afectadas por diversas situaciones político-sociales y que Centroamérica está en la mira de muchos viajeros. Esta es la oportunidad de colocarnos como una región pionera en novedosos conceptos de desarrollo y hospitalidad. El secreto, demostrarle al turista ya sea local o extranjero nuestra calidez humana.
Si cada uno acepta el turismo como una verdadera oportunidad de incrementar los potenciales históricos, culturales y ecológicos del país, quizás estaremos garantizando un mejor futuro para la nación. No en vano le dicen al sector del turismo, que actualmente cuenta con 265 millones de personas dedicadas a su labor y progreso, el empleador más grande del mundo.
(Reto Leder es director de desarrollo para América Latina de Hotelconsult Cesar Ritz Colleges de Suiza e Iliana Cebamanos es directora general del grupo Cebasa)
