Finalmente llegué a mi tierra Chiriquí después de 20 años de ausencia. La primera impresión por supuesto, el sentimiento de ser un extraño y ya pasadas las horas, la satisfacción de ver progreso y tantas y tantas cosas nuevas. Ese mismo día partimos para Boquete, y otra vez la misma sensación de cosas nuevas y el no saber adonde quedaba la casa de la tía Tulia, donde pasábamos las vacaciones de verano.
Al día siguiente Volcán y Cerro Punta con sus paisajes exuberantes y su clima como de aire acondicionado (pondría primaveral), la amabilidad y el calor humano de su gente y sus espectaculares fresas con natilla.
De vuelta a Boquete, y he aquí el verdadero motivo de este escrito. Sentada en el lobby del hotel, noté que llegaban solo norteamericanos y europeos y que entre ellos son todos conocidos. (Ellos) son simples actores que llegaron y compraron una casa, probablemente en Valle Escondido u otro de los complejos que se están desarrollando.
Fue allí donde me picó el bichito de la duda y me pregunté si el pueblo de Boquete recibía algún beneficio y me pareció, por lo que vi, que nada. El inversionista intermediario llega y compra por un precio irrisorio al boqueteño, (y no me malentiendan, pues no estoy en contra de la inversión local o extranjera), a gente llena de buena fe y vende a precios de resort, y todavía aquí podríamos decir que no hay ilegalidad, mas no buena fe, porque comprar a diez centavos el metro de tierra, no sé como llamarlo.
Pero lo que me molesta, y pienso que alguien debe hacer algo para informar a los lugareños a lograr mejor retorno de sus bienes y sacar más provecho de estos, ya que "estos buenos inversionistas" no revierten nada al pueblo de sus grandes ganancias como podría ser educación, atención médica, arreglo de las calles, ayuda a los indígenas que deambulan con muchos hijos, y sobre todo, no creerse una raza superior y compartir con la gente de Boquete. ¿Para qué tantas inversiones si al pueblo no le llega nada?
Señores inversionistas, ustedes hagan su negocio pero sean agradecidos con la comunidad que les está brindando esa oportunidad y sean generosos con un pueblo que los acoge con humanidad y humildad.