Más que una filosofía, la práctica del yoga tiene la virtud de trabajar directamente sobre el organismo. Por medio de ella podríamos lograr algunos beneficios inmediatos como relajar tensiones, mejorar la circulación, oxigenar los pulmones, tonificar el cuerpo y controlar hasta cierto punto nuestro sistema nervioso.
Tan favorables resultados han servido de promotores para que decenas de personas se animen a incluirla en su rutina de ejercicios. Es así como sus posturas acompañadas de una buena respiración, vuelven a colocarse como una variedad física de virtudes terapéuticas y espirituales.
Curiosamente la palabra yoga, que en sánscrito significa unión, funciona como un agente que conecta el cuerpo y la psiquis. En ese contexto, se consigue disminuir los pensamientos negativos y resaltar cierta lucidez y alivio.
