El pasado 26 de noviembre, tuve el placer de asistir a la cena espectáculo "Gala por la patria", en conmemoración de los 100 años de fundación del Instituto Nacional. La actividad fue organizada por la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa (Apede) y la Alcaldía de Panamá, su propósito, recaudar los fondos para dotar al Nido de Águilas de los materiales tecnológicos que apoyen su proceso de enseñanza–aprendizaje.
La Apede al celebrar sus 50 años, consideró importante concertar esta cita con la patria, y escogió la bellamente restaurada Aula Máxima del Instituto Nacional, allí en ese augusto recinto están siempre presentes los ecos de lo más distinguido del pensamiento nacional e internacional. Además allí también se han concertado los acontecimientos más significativos del devenir panameño.
Durante el acto, un representativo grupo de miembros de la Apede fue acompañado por prominentes ex institutores que le dieron realce al patriótico acontecimiento. Fue relevante la participación de la Orquesta Sinfónica Juvenil Istmeña, la cual, con sus magníficos acordes, se granjeó nutridos aplausos de la audiencia por sus patrióticas interpretaciones de los maestros Alberto Galimany, Ricardo Fábrega, Edgardo Quintero y Avelino Muñoz. También tocaron la Banda de Música del Instituto Nacional y la Banda Sinfónica Municipal, quienes también interpretaron bellas melodías que enternecieron las fibras más íntimas del sentimiento nacional de los presentes.
Ha sido el Nido de Águilas la cuna de los más connotados e insignes pro hombres de la República. De sus aulas han salido presidentes de la República, ministros de Estado, prominentes educadores, funcionarios públicos, médicos, ingenieros, empresarios.
Aprendí a valorar y amar ese templo del saber custodiado por significativas esfinges al escuchar las vivencias de mi suegro, el Dr. Félix Stanziola, orgulloso institutor.
El Instituto Nacional fue fundado en 1907 durante la administración del presidente José Domingo de Obaldía. Su construcción fue dirigida por el Ing. Florencio Harmodio Arosemena.
El Instituto Nacional fue la cuna de la educación nacional y centro emblemático de la conciencia cívica del Panamá republicano. Por sus aulas desfilaron los más insignes y prominentes educadores, los cuales con su ejemplo y enseñanzas cimentaron en sus alumnos arraigados valores éticos y patrióticos que han trascendido a través de distintas generaciones de panameños, entre los cuales podemos mencionar: Justo Facio, Carlos Manuel Gallegos, Gil Colunge, Rogelio Robles, Richard Newman, José Dolores Moscote, Gil Sánchez, Fermín Naudeau, Alejandro y Octavio Méndez Pereira, Julio Zachrisson, Raúl de Roux, entre otros. También egresaron de él los más insignes líderes nacionalistas que siempre salieron en defensa permanente de nuestra soberanía.
Los institutores en diferentes épocas lideraron las luchas por el afianzamiento de nuestra soberanía, como fueron el rechazo al Fallo White en 1926 y luego el rechazo al Convenio Filós - Hines en 1947, para culminar con la gesta el 9 de enero de 1964, que sentó las bases para el retorno del Canal de Panamá a manos panameñas y la plena jurisdicción del Estado panameño en todo su territorio.
Hoy vemos con tristeza y preocupación que estos ideales de lucha nacionalista y cívica son abandonados por las presentes generaciones de institutores que se dedican a promover causas frívolas e intranscendentes, las cuales contrastan con los actos heroicos de los que les antecedieron en estas aulas. Sus protestas son violentas y sin la hidalguía de las décadas de 1920, 1940, 1950 y de 1960.
Dios quiera que al cumplir 100 años de fundación de esta insigne institución, los actuales dirigentes, docentes y alumnos retomen el liderazgo y las luchas patrióticas de antaño en pro del mejoramiento integral de Panamá. Confiamos en que así sea, ¡la patria así lo reclama!
