Este fin de semana, como trato de hacer cada vez que puedo, fui con mi esposo a un evento en David y luego decidimos pasar unos días en Boquete. Es una delicia llegar a Boquete y abrir las ventanas del auto al bajar hacia la izquierda, después de la curva, para sentir el bajareque, la variedad de olores combinados de pino, café, naranjas, que traen a mi mente recuerdos de una infancia que sigue fresca en mi memoria después de 48 años.
Tristemente, sin embargo, pude constatar que el clima de la región está cambiando; supongo que gracias, entre otras razones, a la gran cantidad de desarrollos la mayoría de ellos bienvenidos por sus habitantes que sin duda han hecho prosperar a Boquete; por el otro lado, me temo que se avecinan otros desarrollos como el camino ecológico que de ecológico no tiene nada que lejos de ser popular y de hacer prosperar a Boquete acabaría, como dijo el doctor Pedro Vargas, con los nidos, pajaritos, gusanos, árboles, pinos, orquídeas, ríos, tucanes, y tantos atractivos que han hecho de Boquete un pequeño paraíso entre montañas.
Pienso, al igual que la mayoría de los boqueteños, que todas estas bondades se perderían con este proyecto que lo que pretende una vez más es beneficiar a unos pocos allegados al gobierno de turno. Qué tristeza me da pensar que Boquete perderá su magia sin igual, y que otras generaciones no podrán disfrutar de cosas simples como comerse una naranja injertada bajo un árbol, los paseos al río en busca de gusarapos creyendo que eran sardinas, las rosas combinadas, los indios cosechando café, los huevitos de pascua, y tantas otras cosas más que irán desapareciendo gracias a la mano del hombre.
¿Por qué destruir una de las más valiosas reservas naturales que tiene Panamá? ¿Por qué echar a perder uno de los rincones más hermosos y acogedores del mundo? ¿Será posible que las máximas autoridades no se den cuenta de que más es lo que se pierde, y que hay otros proyectos de mayor urgencia que se podrían llevar a cabo con este dinero? ¿Cómo es posible que una empresa constructora acepte ser cómplice en este crimen contra la naturaleza y nuestro Panamá? ¿Será posible que una vez más este gobierno se salga con la suya pese a tanta oposición?
Ojalá y no tengamos que recitar para Boquete la poesía de Ricardo Miró que dice en una de sus estrofas, Ya no guardas las huellas de mis pasos, ya no eres mío mi idolatrado...
