Desde 2013, cada 21 de marzo se celebra el Día Internacional de los Bosques, para resaltar su importancia en la biosfera. Panamá, con apenas 75 mil kilómetros cuadrados, cuenta con unos 30 tipos de bosques, que albergan aproximadamente 10,500 y 6,000 especies de plantas y animales.
Panamá tiene una gran biodiversidad, con enorme número de especies interconectadas. Por ejemplo, muchos animales dependen de frutas de diferentes plantas para sobrevivir. Las plantas, a su vez, necesitan que sus semillas sean dispersadas. Buscar frutas no es tarea fácil para los animales porque compiten entre ellos; muy parecido a intentar comprar un televisor en Black Friday. Tampoco es seguro porque hay depredadores que esperan la oportunidad para atrapar presas.
La relación entre especies en los bosques es compleja, pero es una de las razones que explica la alta biodiversidad en bosques de Panamá. En parte, los animales son arquitectos de los bosques. Contribuyen fertilizando sus suelos con sus heces, y son imprescindibles para mantener los bosques en buen estado.
Sin embargo, las investigaciones lideradas por la doctora Ninon Meyer y colegas, publicadas en prestigiosas revistas científicas, revelan que la comunidad de mamíferos en el área canalera está degradada, incluso en parques nacionales en la cuenca (2015). Al propio tiempo, en distintos puntos del país existen serios problemas de conectividad que limitan la interacción entre especies y afectan sobre todo los mamíferos (2020).
En el país, existen esfuerzos de reforestación que buscan restaurar bosques y su conectividad. Sin embargo, mientras los intereses económicos no tomen en consideración la evidencia científica, es difícil que estos objetivos de conservación se cumplan. Así, por ejemplo, estos planes de reforestación incluyen especies que no son nativas de Panamá, como la teca, que no brindan recursos ni refugio a la vida silvestre, en áreas que son vitales para la conectividad entre bosques nativos, ponen en riesgo los beneficios que todos recibimos de los bosques.
La pandemia de la Covid-19 nos recuerda la importancia de los bosques para la salud humana. Es imprescindible que las políticas públicas ambientales estén basadas en evidencia científica. En Panamá existe información producida por investigaciones científicas, muchas pagadas por nuestros impuestos, que es indispensable para el desarrollo de las políticas públicas ambientales que nuestro país demanda.
El autor es magíster en comportamiento animal, investigador doctoral del Instituto Max Planck de Comportamiento Animal y miembro de Ciencia en Panamá
