Herasto Reyes hreyes@prensa.com Se basan en la ignorancia y las supersticiones de los creyentes relacionadas con los "problemas" del amor, con las necesidades económicas y con las penurias de la salud.
El negocio toma diferentes formas; desde el horóscopo que publican los periódicos y trasmiten algunas emisoras y televisoras hasta hechizos de magia negra o actos de vudú y exorcismo.
Llámese brujería, curanderismo o esoterismo, todas las variantes están íntimamente relacionadas con las religiones. La invocación de Dios o del diablo, así como la de los santos y los espíritus del mal, es patrón común de quienes sirven a este tipo de actividades.
La fórmula es la misma para todos: la consulta es barata (5.00 balboas); pero después vienen los "preparos", los baños, los resguardos y las oraciones, por los que sí hay que pagar (por ejemplo: 13 baños pueden costar de 130 a 190 dólares).
Generalmente, los "pacientes" son personas pobres que hacen malabarismos para cubrir esas sumas de dinero, siempre encerrados en una fe ciega, según la cual el curandero es la única solución, porque "los médicos no saben de esto".
Algunos curanderos eximen del pago a aquellas personas que no tienen el recurso monetario para cubrir su curación. "De aquí nadie se va sin su cura por falta de plata", dice Isabel, una curandera de origen dominicano, radicada desde hace 13 años en Tocumen, donde atiende "todo tipo de males".
Todas las enfermedades son achacadas al diablo que se mete en el cuerpo de la persona para dañarlo. La labor del curandero es sacarlo del cuerpo.
"Los enfermos vienen aquí, después que los médicos no los han curado y yo los curo", dice. Claro que "hay casos que llegan muy tarde y ya es tanto el mal causado que no se puede hacer nada; la persona llega, aquí desahuciada, con el símbolo de la muerte en la frente y yo se lo digo: usted tiene 15 días de vida, y efectivamente a los 15 días muere", agrega.
El "estudio" y la actividad de Isabel Isabel prefiere que las personas a las que ha curado hablen por ella, "yo no me vanaglorio, porque yo no soy nadie, el poder es de Dios que me lo da a mí a través de los santos".
En el "altar", que ocupa una de las recámaras de su casa, Isabel tiene un número plural de santos (santa Bárbara bendita, san Lázaro, la virgen del Carmen, la Caridad del Cobre, entre muchos otros). Tiene velas prendidas sobre aceites. Una cruz forrada con algunos paños está en el centro.
Ella pertenece a la rama de los santeros, muy desarrollada en las Antillas y que en Panamá ha ganado algún terreno. Desde los 11 años Isabel se ha dedicado a curar, el asunto es cultural en la región fronteriza con Haití, de donde viene. "Allí la cosa sí es bellaca", no hay piedad "a la hora de hacerle mal a una persona". Los zombis "que son reales" son fruto de esa cultura.
En 1989 decidió venirse para Panamá, "pero no me gustó y me regresé para Dominicana. Meses después "volví y desde entonces estoy aquí para servirle a quien se le ofrezca".
Distinto a otros curanderos que esconden sus cosas, Isabel sostiene que ella es transparente, "no tengo nada que ocultar, yo soy honesta y transparente".
Atiende a los pacientes a cualquier hora, allí en su casa, y en caso de requerirlo, también allí, les aplica los baños o las curaciones indicadas. Lee las cartas y las tazas donde el paciente ha tomado su café. En todo este proceder hay algo de teatro, que para el creyente es expresión del poder que los santos le han otorgado a Isabel.
Es un mundo distinto al lógico, al de la mayoría de las personas sensatas, al de la ciencia y la medicina; es un mundo en el cual lo racional no cabe. Envuelto en un manto de creencias, amparado en la ignorancia de quienes acuden a sus linderos en busca de una cura para algún mal físico o para algún mal de amores, el mundo de la curandería no tiene patrones legales y su ilegalidad es relativa. Isabel lo sabe, pero no le teme y hace referencia a la inquisición que la Iglesia católica desarrolló en la Edad Media contra la brujería. "Si viene una segunda inquisición, aquí estaré, si quieren quemarme viva que me quemen", pero "yo estoy segura que hago el bien".
Brujería y medios de comunicación Hay emisoras que alquilan considerables espacios a brujos, en su mayoría suramericanos, que dan sus consejos por la radio, aceptan y contestan llamadas telefónicas en vivo. Los oyentes piden hechizos para liberarse de algunos males, el brujo se los dicta.
En algunos diarios, aparte de los horóscopos de Walter Mercado, madame Rosario o Kasandra ("las campanas suenan para ti en lo relacionado al amor, Libra"), se publican anuncios de los brujos que prometen ser la panacea que elimina la "mala suerte" y columnas como "El Gitano", en la que se le dice a quien considere que le están haciendo brujería, que "durante la primera noche de luna decreciente, asar la pata de un conejo y prende una vela negra consagrada. Crea un amuleto y colócalo en tela negra... Compra tinta de sangre de dragón con la que escribirás el nombre del hechicero, cuyo poder se debilitará cada vez que el sol se ponga". Esos escritos están cerca de lo cómico, pero son el reflejo de una tragedia cultural.
El Angel del amor sugiere en su anuncio periodístico que "no pague nada hasta ver resultados", promete "ayuda mundial en 12 horas. / Mostramos el rostro de su enemigo o amante. Le decimos el nombre de su enemigo. Sacamos brujería, santiguo, resguardo, despojo y rompimiento. Enfermedades postizas, maleficios o brujería. / El secreto del amor en una noche. Amantes perfectos matrimonios perpetuos". Lógicamente apunta el número de teléfono y el apartado postal.
Dora López lee el tarot y promete ayuda para que usted "atraiga a su ser amado; gane en la lotería y los negocios". Kazandra, aparte de su programa de radio diario, se anuncia en los periódicos: "Busque su felicidad, conozca su futuro y mejore su suerte. / Lectura de las cartas del tarot y la palma de la mano. Alineación de las shacras y levante de suerte"; ofrece en venta el "Talismán mágico de la fortuna y resguardos".
En el templo indígena del cacique Llanero se "Encuentra la solución a todos sus problemas; hogar, negocios, viajes, trabajo, suerte, enfermedad postiza, maleficio o brujería. / Atraiga a su ser amado en 24 horas y vuelva a ser feliz". Anuncia la promoción en la venta del cuarzo sagrado y de la suerte. Promete garantía en el tratamiento y "absoluta reserva".
El templo esotérico del cacique Martín del Tapullo, Brasil, promete "la buena suerte en el amor, salud, negocio, viajes, en el dinero, lotería, hogar, enemigos, malos vecinos, ganadería y agricultura. / Le atraemos a su ser amado en 18 horas, se lo ligamos y se lo amarramos de por vida. / Solucionamos sus problemas en una forma inmediata con garantía". Distinto a la mayoría, que tiene sus consultorios en el centro de la ciudad de Panamá, el cacique Martín del Tapullo atiende en las ciudades de David y Concepción, provincia de Chiriquí.
La india Sara promete atención en cuanto a "hechizos, brujería, salamientos, contra, pactos, rezos, ligas, mentalista, ocultista, vudú, santería, magia blanca".
Como si todo este campo de estafas fuera poco, se anuncian teléfonos a los cuales, al precio de un balboa por consulta, se puede obtener una lectura del tarot, según el signo zodiacal correspondiente.
En este mundo de la brujería no hay estadísticas, no hay requisitos, nada está reglamentado, es a la libre, como andan los "espíritus del mal" en busca de más víctimas.
