Exclusivo Suscriptores

Burocratizar la historia

Burocratizar la historia
Izada de la bandera de Panamá. LP Pastor Morales

Si bien la habilidad, adiestramiento y actitud profesional deben constituir el ideal de todo historiador, conjuntamente con la posesión personal de un amplio y claro entendimiento histórico, lo cierto es que esta noble y valiosa vocación histórica y su correspondiente profesionalismo no se puede obtener ni limitar mediante leyes o interpretaciones arbitrarias profesorales.

Esto aplica al mal concebido proyecto de ley 638 de 19 de julio de 2021, que pretende regular “el ejercicio de la profesión de historiador”, presentado ante la Comisión de Trabajo, Salud y Desarrollo Social de la Asamblea Nacional por el diputado Víctor M. Castillo P. (circuito 8-8), a su vez licenciado en odontología. Este intento fue felizmente suspendido en segundo debate por el pleno de dicha Asamblea hasta segunda orden, después de recibir múltiples y justificadas críticas, por lo que todavía sigue siendo una amenaza.

El loable objetivo de sus proponentes originales, un grupo de profesores de historia del Centro Regional Universitario de San Miguelito y de la Universidad de Panamá, era “regular y dignificar la profesión de historiador”. Pero no menos cierto es que solo ejerciendo su vocación y disciplina profesional a la altura de sus capacidades intelectuales, facultades críticas y amor a su profesión, puede un historiador merecer el respeto y la admiración de quienes lo leen o escuchan. Ese orgullo justificado del historiador profesional se goza, no porque así lo dicten leyes o reglamentos bien intencionados que lo dignifiquen obligatoriamente, sino porque el esfuerzo constante y meritorio de su labor así lo amerita, con toda la humildad del caso.

Curiosamente, en Panamá existe un fetichismo idolatra y de veneración por leguleyadas de este tipo, para burocratizar todo y someterlo al visto bueno de las autoridades de turno –en este caso, de un “Consejo Técnico” oficial conformado por funcionarios de los ministerios de Educación y de Cultura y de la Universidad de Panamá, sin requerir que estos individuos sean historiadores profesionales, pero con poder político para decidir quién sí lo es-.

La medida del historiador profesional refleja la complejidad de la historia, que es tanto arte como ciencia, tan íntimamente ligada a la vida y al deseo de todo humano de conocerse, estudiando su pasado colectivo. En Occidente, sus orígenes se remontan al padre de la historia, Heródoto, sin olvidar a Clío, la musa de la mitología griega que cantaba el pasado de los hombres. Pero es solo a principios del siglo XIX que la historia en Occidente se convierte en una disciplina académica, dando comienzo a una historiografía moderna. Desde entonces, surgen múltiples interpretaciones y conflictos sobre su concepto porque la historia es una disciplina siempre cambiante y renovadora, que colinda con muchas otras disciplinas, lo que permite la creación de una armonía creativa que requiere amplia libertad académica, no limitaciones a su ejercicio o nacionalizar su desempeño.

Lo triste en Panamá es que existe una indiferencia total a la historia nacional y universal, quizá porque los ciudadanos sienten que nuestro presente no tiene relación alguna con nuestro pasado, considerándola materia para anticuarios. Tanto así que no existe, en ninguna universidad panameña, una Facultad de Historia, empeorado por la pobreza de planes de estudios e investigaciones a nivel escolar y universitario; que agoniza nuestra otra hora célebre y centenaria Academia Panameña de la Historia, hoy con solo tres académicos de número de los veinte que contempla su estatuto; que le tomo 20 años a la Universidad de Panamá instalar el Instituto de Investigaciones Históricas, todavía haciendo pininos como el recién inaugurado Centro de Investigaciones Históricas, Antropológicas y Culturales del Ministerio de Cultura; que las actividades e investigaciones del Colegio de Historiadores de Panamá son casi nulas; que el descuido de monumentos históricos y museos es bochornoso, además de un largo etcétera de necesidades históricas por atender.

Ya lo dijo Ortega y Gasset: “la vida humana es una realidad extraña”. También lo es la historia como profesión y como tema en Panamá.

El autor es economista y exfuncionario diplomático


LAS MÁS LEÍDAS

  • Panamá frustra envío de mercancía de contrabando que salió de la Zona Libre hacia Colombia. Leer más
  • Tribunal Superior revoca sentencia: absuelve a exministra y condena a exfuncionarios del Miviot. Leer más
  • Pago PASE-U 2025: Ifarhu anuncia calendario para próximas entregas. Leer más
  • Gobierno contrata a multinacional estadounidense para diseñar el quinto puente sobre el Canal. Leer más
  • Trasladan a la directora del Cefere por el caso de La Parce. Leer más
  • Denuncia ante el Ministerio Público frena contrato millonario de piscinas que firmó la Alcaldía de Panamá. Leer más
  • Cuarto Puente sobre el Canal de Panamá: así será el Intercambiador del Este en Albrook. Leer más