Había tres cerditos que vivían con su madre. Un día la madre les dijo: “Tienen que salir al mundo y hacer su propio camino”. Así que se despidieron y salieron al mundo. Los tres cerditos decidieron construir casas cerca del bosque. Un lobo grande y feroz vivía en el bosque. El primer cerdito era perezoso e hizo una casa de paja. El lobo sopló hasta derrumbar su casa. El segundo cerdito trabajó un poco más duro que el primero, e hizo una casa de madera. El lobo sopló hasta derrumbarla. El tercer cerdito hizo una de ladrillos. El lobo feroz sopló y resopló, pero no se cayó. El lobo subió al techo y trató de entrar por la chimenea, y al hacerlo cayó en una olla de agua hirviendo. Salió corriendo de la casa y nunca regresó. Moraleja: hay que construir estructuras sólidas y duraderas para sobrevivir.
Después de muchos años de lucha, el 31 de diciembre de 1999 los panameños logramos hacernos nuestro propio camino. Por designio constitucional, se nos encomendó la tarea de administrar el Canal para lograr su mayor rentabilidad y eficiencia. Tanto extranjeros como nacionales dudaban que los panameños fuéramos capaces de hacer las cosas bien. De ahí que, tomando el ejemplo del último cerdito, salimos al bosque a sobrevivir, armados solo con el coraje que nos daba el sentimiento nacionalista y la fuerza que nos daba la gran responsabilidad asumida; construimos una casa de ladrillos que, después de 15 años, sigue en pie generando riqueza y beneficios para todos.
En todo aniversario es importante hacer un recuento de logros, pero también una reflexión a futuro. Tal como resumía el administrador de la ACP, Jorge Quijano, en una entrevista que le hizo una televisora local sobre estos 15 años, la administración ha demostrado que los panameños podemos hacer las cosas bien, lo que le ha generado credibilidad internacional. Entre los principales logros, modificó la estructura de precios, lo que mejoró sustancialmente las finanzas y permitió continuar invirtiendo en ella, a la vez que mejoró los réditos al país; diseñó y ejecutó un plan de mejoras que incluye el programa de ampliación, para garantizar la sostenibilidad del negocio y, finalmente, inició un plan de crecimiento que tiene la posibilidad de diversificar la base de negocios de la ACP en actividades que añadan valor a la ruta y le generen mayor rentabilidad.
Para comprender mejor los retos del futuro, es importante reconocer que el bosque ha cambiado y ya no solo hay lobos; también hay dragones que modifican el ambiente competitivo y las reglas de supervivencia. Temas como la construcción de puertos y canales en países vecinos que buscan ofertar los mismos servicios que vende Panamá; cambios en los patrones de comercio, producto de la globalización; cambios en la geopolítica, incluyendo el levantamiento del embargo a Cuba; cambios climáticos y en los precios del petróleo; el surgimiento del gas natural como fuente energética alterna, y cambios en tecnología. Todo ello obliga a que la estructura de ladrillos construida alrededor del Canal se haga extensiva al resto de la economía panameña en general, pero sobre todo al sector logístico en particular.
En mi opinión, el Canal está llamado a liderar el desarrollo marítimo y logístico del país. Lo digo tanto por el conocimiento que tengo de los usuarios del Canal, como del valor de esta ruta. Bien explicaba Quijano en la entrevista: uno de los principales logros de la ACP fue articular el concepto de valor de la ruta y capturarlo mediante una estructura diversificada de tarifas y peajes. Orgullosamente fui partícipe y me tocó liderar buena parte de ese proceso. A lo apuntado por Quijano debo añadir que el valor de la ruta no está solo en el Canal; está en todo el sector marítimo y logístico. Por ello, el reto inmediato es integrar el Canal con sectores marítimo y logístico, para poder redefinir el valor de la ruta en función de toda la oferta de servicios.
El título constitucional dejó la puerta abierta para ello, y no es necesario modificar ni la Constitución ni crear otras leyes para lograrlo. Al describir las facultades de la directiva, el Art. 18 de la Ley Orgánica de la ACP, en su numeral 8, identifica la de “Adoptar las políticas, los programas y los proyectos de la Autoridad, cuyo propósito sea integrar el funcionamiento del Canal a la estrategia marítima nacional que apruebe el Órgano Ejecutivo y, a tal efecto, autorizar la coordinación con el Gobierno nacional y las entidades del Estado a las cuales corresponda la elaboración y ejecución de dicha estrategia”.
Construyamos una casa de ladrillos para toda nuestra economía, pero comencemos con uno de los sectores que más beneficios aporta. La casa de la ACP ya no es suficiente para enfrentar con éxito las amenazas que se avecinan.
