LONDRES. Ruedas equipadas con sierras, asiento catapultable y matrículas electrónicas intercambiables para todos los países. Un coche de ensueño, al menos para James Bond. Orgulloso, Q presenta al agente 007 sus nuevas invenciones.
El cerebro del fabricante de armas de Bond fue en las primeras siete películas de la saga el alemán Ken Adam. El ganador de dos Oscar figura entre los más importantes diseñadores cinematográficos del siglo XX y marcó el género desde la primera aventura de Bond hace 40 años.
Junto con las películas de James Bond, desde Dr. No (1962) hasta Moonraker (1979), diseñó los espacios y los efectos especiales para Teléfono rojo: ¿Volamos hacia Moscú? (1963), de Stan-ley Kubrick. Con sus decorados fantasiosos nacidos de una imaginación prodigiosa, Adam escribió historia del cine.
La mayoría de los inventos para James Bond realmente funcionaban, recuerda ahora, a los 81 años. El servicio secreto ruso KGB aparentemente encargó a sus ingenieros reproducir las armas de Bond. Así, desarrollaron el bolígrafo con el que se puede disparar.
Para el mundo del agente secreto británico, Adam no sólo creó minihelicópteros, scooters submarinos y motocicletas con lanzamisiles, con los que James Bond tenía garantizada su ventaja sobre sus enemigos.
Con gran empeño en los detalles, también creaba los refugios de los malos, entre ellos la cámara de torturas de Goldfinger con la famosa máquina de rayos láser, un enorme cráter de volcán para Sólo se vive dos veces o la estación espacial de Moonraker.
Adam nació en 1921 con el nombre de Klaus Hugo Adam en Berlín. Su padre dirigía una conocida tienda de deporte y moda. En 1934, la familia judía huyó de los nazis a Inglaterra. Tras la temprana muerte del padre, la madre abrió una pensión, en la que alojaba sobre todo a emigrantes. Uno de ellos era director de fotografía. Ken Adam quedó fascinado y decidió dedicarse al cine.
Mientras tanto, Adam, que vive en Londres, ya no mira cada nueva película del agente 007. La última que vio, El mundo nunca es suficiente, le gustó, asegura este hombre amable con debilidad por los coches caros. Pero: Sean Connery será para siempre el verdadero James Bond.
