Una compañía naviera abría a concurso una plaza para telegrafista y, cuando la sala de espera estaba llena de aspirantes al cargo, llegó uno, entró directamente a la oficina privada y salió sonriente. Oiga, ¿cómo entró él antes que nosotros que llegamos primero? Pero... ¿ustedes no escucharon el mensaje que salió por la bocina? ¿Qué mensaje?, preguntaron sorprendidos. El que decía en clave morse “El telegrafista que entienda este mensaje y entre directamente a mi oficina privada, ocupará el cargo”.
Señores de la oposición, especialmente Martinelli y Varela, aunque ya echaron sus cartas con las alianzas, la mayoría de los electores pensamos que la oposición debe unirse. ¿Ustedes están oyendo los mensajes que las encuestas nos mandan? y no son en clave morse... Esos mensajes son un indicio apegado a la realidad de la preferencia de los electores. Los políticos que valoren, en su justa dimensión, los números o tendencia de las encuestas y que no entiendan que si no hay unión de los partidos opositores al PRD, con un candidato de consenso, irremediablemente “otra” ocupará el cargo. Si el argumento es que no creen en las encuestas; entonces usemos la lógica, ¿quién ganaría, un partido que es gobierno, con pretensiones de entronizarse, con una candidata a la Presidencia, o una oposición dividida con tres candidatos?… Si aún tienen dudas, apliquemos el proverbio latino: divide et impera (divide y vencerás).
Todos sabemos que los del PRD están haciendo lo imposible por unificar su partido, que naturalmente después de las primarias hay heridas que sanar y, como es un partido engendrado en los cuarteles, están acostumbrados a “cuadrarse” a las órdenes de la cúpula –¿o es “obediencia debida”?– , y seguro lo lograrán en un alto porcentaje.
El pueblo espera que sus candidatos profesen la vocación de servir a la patria, con honestidad, que valoren y cumplan la palabra empeñada y pongan alto a la corrupción, en donde el soborno y las comisiones secretas no son nuevos, lo único que han hecho es “vestirse a la moda”. Para lograrlo, hay que ganar las elecciones y la percepción que existe es que solo se puede lograr con una oposición unida. Sino, entonces por culpa de ustedes los políticos, nos “cae la teja” de la última canción de Pedrito que dice: “Somos 3 millones de pendejos mandaos por 10 mil...” .
Si los partidos de oposición se sentaran a la mesa de negociación, para luchar por sus intereses y no por los de la mayoría, el resentimiento amargará sus relaciones lo que, sin duda, repercutirá en los electores; y podrían polarizar tanto sus posiciones que se corre el peligro de jamás reconciliarse. Si, por el contrario, se da un acuerdo y renuncian parcialmente a sus aspiraciones, seguro se tomará como un triunfo a la cordura, y una segura victoria en las urnas. Candidatos: no les perdonaremos que luego pregunten, cómo los aspirantes a telegrafista: ¿Qué mensaje?, porque definitivamente “no hay peor sordo que el que no quiere oír ”.
