Esta es una de las características más fáciles de identificar un vino.
El color procede de las lías, o sea de la cáscara de la uva, y por tanto del proceso de vinificación.
El color es un elemento importante de la cata de vinos, ya que un vino más pesado por lo general tendrá un color más profundo.
Para juzgar el color de un vino, los expertos usan un aparatito (que parece un cenicero) llamado Tastevin, que permite ver el color del vino y sus características aún en la relativa oscuridad de una cava.
Si se conoce el tipo de vino que se está catando, el color te puede decir mucho más.
Es más, muchas uvas se identifican por su color. Tienes, por ejemplo, la garnacha, cuyo nombre procede del granate, precisamente por su color. Luego tienes en blancos al albariño, así llamado por su relativa palidez. Otro determinante importante en la coloratura del vino es su edad. Un vino más joven por lo general tendrá tonos más púrpura, mientras que con la edad, tienden a pasar a mostrar un color que tira más a terracotta, que se conoce como “teja”.
Otro determinante en el vino es su opacidad o claridad, dependiendo de tu punto de vista, y luego tienes el ribete, o borde. Para ver bien el ribete de un vino, inclinas la copa. Es como meterte al mar. En la orillita, es clarito, y sabes que si el mar se pone oscuro a pocos metros, va a ser profundo: lo mismo sucede con el ribete.
Si el ribete es relativamente denso, sabes que tendrás un vino más pesado, mientras que si el ribete se extiende por unos milímetros, es un vino mucho más ligero.
Otro proceso importante en la determinación del color es su vinificación.
El color procede de la piel de la uva, o sea su exocarpio, como indiqué antes, y una vez prensada la uva, el color dependerá mucho del tiempo en que se deje el mosto o jugo en contacto con las lías, o sea la cáscara y las semillas, proceso llamado maceración.
Como dato curioso, el vino Pinot Grigio, clasificado como blanco, procede de una uva de un tono que varía de rosado a grisáceo. El Pinot Grigio, tal como lo conocemos hoy, no existía antes de 1962, año en que la bodega italiana Santa Margherita retirara las lías de inmediato, evitando que su contacto con el mosto lo tiñera.
Hoy en día, el Pinot Grigio es uno de los vinos blancos más vendidos en ciertos mercados como Estados Unidos.

