El primer español que posó sus pies sobre lo que hoy se conoce como la provincia de Coclé fue el conquistador Gonzalo de Badajoz, en el año de 1516. La región, como era lógico, estaba poblada por los indígenas, dueños naturales de dichas tierras.
Para 1581, Diego Villanueva y Zapata, fiscal de la Real Audiencia de Panamá, fundó lo que es hoy la muy distinguida ciudad de Penonomé, nombre tomado como era lo usual en la época de la conquista de uno de los caciques que gobernaban la región.
En algunos trabajos históricos se puede leer que otro de los motivos de la fundación fue establecer una reducción, término usado para los lugares en los cuales se trataba de inculcarle a los aborígenes que abandonaran sus primitivas creencias a cambio de adoptar las del cristianismo.
El 12 de septiembre de 1855 se publica el acta que transformó parte de esos territorios en una provincia, la cual mas tarde se convirtió en un estado colombiano durante la anexión de Panamá a la Gran Colombia.
Otros distritos coclesanos fueron creados así, el de Natá el 20 de agosto de 1520; Olá, en 1556; Penonomé, el 30 de abril de 1581; Antón, en 1736, y Aguadulce, el 12 de septiembre de 1855.
Esos datos fueron extraídos de la tesis de grado escrita por Néstor Matiews. Los interesados podrán hallar más información, entre otros, en los escritos de Héctor Conte Bermúdez, Rubén Darío Carles (padre), Omar Jaén Suárez, Alfredo Castillero Calvo y Gaspar Rosas Quiroz.
A partir de entonces, tanto Penonomé como las otras comunidades sobresalen en múltiples campos. Por razones climáticas y geográficas, la ciudad que hoy nos ocupa, fue un emporio agrícola y ganadero.
El tipo de población y los modelos educacionales de Penonomé se distinguieron por sus antepasados. En el campo del derecho, la política, la enseñanza y la historia de nuestras raíces, esta provincia se destaca por ser sumamente prolífica.
Inclusive, al trasladarse a otras regiones tales como Colón, también sobresalieron los Grimaldo, Jaén, Conte, Tejeira, Guardia, Urriola, Fernández, Arosemena, Herrera, Carles y los descendientes de otras ilustres familias.
Mucho se nos ha quedado en el tintero. Y es que escribir sobre Penonomé no es tarea fácil. Otros más capaces y enterados de ello que nosotros se han encargado de decirlo. Vale la pena leer sobre este lugar y las regiones circunvecinas.
Queremos darles las gracias a Tere Jaén de Ford y a Carlos Iván Zuñiga por la gran ayuda que nos brindaron a la hora de descifrar la foto que nos ocupa. Esperamos que, si acaso es necesario, sean leves con ellos, sus queridos pero también enterados paisanos.
