Todos los perros creados para la cacería en cuevas poseen un tesón especial, ya que tienen que vencer difíciles obstáculos para poder cumplir su objetivo.
A pesar de que pocos dachshund siguen desempeñando la labor funcional para lo que fueron creados, su estructura mental y temperamento permanece intacto.
Trasladado esto al hábitat cotidiano, ellos son ejemplares nada fáciles de doblegar, por lo tanto es esencial demostrarles un claro liderazgo.
Los dachshund, en cualquiera de sus tres tamaños y variedades de pelo, son ideales para compartir un núcleo familiar; pero el de pelo largo, debido a las razas que lo formaron, tiende a ser más apacible.
Son particularmente lúcidos, afectuosos y extremadamente sensibles, teniendo todo a favor para enamorarse de ellos. La convivencia con un dachshund es un verdadero placer. Quienes los han conocido de cerca, raramente optan por otra raza.
Es difícil no humanizar su mirada, dueña de una aguda expresión. Ejercen una singular comunicación a través de su contacto visual.
A pesar de su particular estructura paticorta, sorprenden con su agilidad, pudiendo desempeñar movimientos insospechados en pos de algún móvil que les interese, como por ejemplo comida.
Es un excelente guardián de aviso, siempre alerta de su entorno al que protege con ahínco y habitualmente tiende a marcar, ya que es sumamente territorial.
Tienen un gran poder de adaptación para vivir tanto en apartamentos como en campos abiertos.
No olvidemos que es un ejemplar de trabajo, con atributos de terriers, perros de olfato y cacería. Es conveniente que ejerzan actividades que los mantengan ocupados, como juegos y caminatas, de otra forma seguramente encontraran qué hacer y tal vez a usted no le guste demasiado lo que ellos elijan para entretenerse.
El autor es fotógrafo especialista en animales y jurado canino.
