¿Qué dice de nosotros (y qué nos depara el futuro de esta democracia entre imperfecta) que casi dos tercios de la población en general, 69%, no esté interesada en los asuntos políticos del país? Una encuesta nacional, en todas las provincias y comarcas, llevada a cabo por Gallup Panamá, por cuenta de la Fundación para el Desarrollo de la Libertad Ciudadana – Capítulo Panameño de Transparencia Internacional, entre septiembre y noviembre de 2021, arrojó que las razones del desinterés de ese 69% son varias: el 43% planteó que la razón principal es la decepción con el sistema político, el 33% el desinterés frente a sus realidades y ocupaciones, el 12% porque la política no aporta soluciones al día a día de los ciudadanos y el restante 10% porque no entiende de política o no tiene confianza en ella. Pues, ya está: las corruptelas que promueven la politiquería clientelar, a nivel de bases ciudadanas, han secuestrado la cancha de juego, por así decirlo. Y el mayor peligro que puede enfrentar una democracia ya es realidad: una ciudadanía desinteresada. Que alguien nos mande el manual de “Cómo salvar a la república de sí misma”. Me viene a la mente aquella vieja chanza: -A ver Pepito, ¿en qué difieren la ignorancia y la indiferencia? -Ni sé, ni me importa, maestra.
El objetivo de la encuesta era investigar el sentir y pensar de la ciudadanía en general, más allá de los actores políticos sesgados, sobre la viabilidad de las candidaturas políticas femeninas frente al electorado, dado los números abismales de las últimas tres elecciones generales. En 2019, solo el +/- 18% del total de candidaturas fueron de mujeres y solo +/- 12% del total de personas elegidas fueron mujeres. Las noticias que arroja la encuesta son buenas en esa temática: la sociedad panameña en general ya superó el paradigma discriminador, el 93% de los encuestados dice estar listo y dispuesto a votar por mujeres candidatas.
Señalan, además, que estarían más dispuestos a votar por ofertas electorales que incluyan mujeres, e identificaron las mismas características necesarias para el ejercicio político de mujeres y hombres, sin distinción por sexo, entre ellas, la honestidad. La encuesta puede verse y descargarse en: https://www.libertadciudadana.org/dbo/
¿Entenderán los partidos políticos el cambio de paradigma y que a mayor diversidad, participación y representación mejor democracia? Si nos guíamos por la colusión entre partidos en el debate de aprobación de las reformas electorales, donde retrocedieron todos los acuerdos que el tema de paridad y representatividad en el conteo de votos, pues el pronóstico es muy reservado. Nos queda la esperanza de las demandas ante la Corte Suprema.
Sin embargo, como parte del protocolo de investigación, la encuesta también abordó la salud del sistema político, y es ahí donde las noticias son muy preocupantes. El grupo de etario más desafectado del sistema político son los jóvenes de ambos sexos, entre 18 y 24 años. Es para llorar. Que nuestro sistema democrático esta viviendo serios retrocesos no es sorpresa para nadie: nos estamos quedando sin mecanismos de hacer que el poder rinda cuentas, ya que los balances y contrapesos del diseño constitucional no están funcionando en la práctica: inexistente separación de poderes, las instituciones de control sin ejercer su rol. Como resultado múltiples instancias de captura del Estado por intereses particulares, retroceso en la transparencia, afectación a los derechos humanos sociales, colectivos, civiles (con tufillo a autoritarismo)… la lista sigue.
La necesidad urgente de un cambio de gestión política que ponga alto a la corrupción, el despilfarro de los recursos públicos, restaure la institucionalidad, es evidente. Ha resultado en el inicio temprano de especulaciones sobre candidaturas presidenciales, alianzas, repudios, sacrificios…. de cara a las elecciones del 5 de mayo de 2024. Aunque estamos justo en la mitad del ciclo electoral, ya se perfila como una elección clave en la estabilidad del país. Sería un error creer que ese rebote de información entre los medios de comunicación y las redes sociales, alcanza a esa mayoría de votantes desafectado.
Tenemos que mirar la realidad de cuántos ciudadanos con acceso a internet están conectados y pendientes por esa vía de la información política, por ejemplo a enero de 2022, eran: 11.35% en Twitter, 21.7% en Instagram y 52.3% en Facebook (según https://gs.statcounter.com/social-media-stats/all/panama ). Creernos que todo el país está pendiente, consciente e interesado, por ejemplo, en el no-diálogo entre Rubén Blades y Ricardo Lombana de hace dos semanas, en olvidar a esos dos tercios decepcionados del sistema, de los partidos políticos, de la falta de planteamientos serios y viables para el cambio de gestión pública. La realidad de su día a día es tan dura en el país de la inequidad, precisamente por la gestión gubernamental defectuosa. Un uróboros.
A dos años, dos meses y 18 días del 5 de mayo de 2024, tenemos que trabajar por romper la indiferencia ciudadana. La democracia depende de ello.
La autora es abogada y escritora
