Personalmente no creo que sea prioritario para el país ni determinante para el desarrollo del sector oeste de la provincia de Panamá, la creación de una nueva provincia compuesta por los distritos de Arraiján, Capira, Chame, La Chorrera y San Carlos; no obstante, al tratarse de una lucha de décadas y al notar la disposición del actual gobierno de acceder al pedido, con la carga burocrática que generará la nueva división territorial, plantearé algunos aspectos en virtud del dilema que se cierne ahora sobre cuál debe ser la cabecera de la nueva provincia, si La Chorrera o Arraiján.
Quienes han iniciado el cabildeo por lograr que Arraiján sea la cabecera de la provincia se están dejando llevar por un afán desprovisto de todo sentido común. Arraiján, a pesar de su alta población, es un distrito carente de los requisitos básicos para ser cabecera de una provincia. Alegar que la inversión millonaria comercial que se está dando en el distrito, liderada por la construcción del centro comercial Westland, es una razón a ponderar, representaría pensar en proponer a Coronado como capital, pues al final, en este último sitio hay más servicios y ordenamiento que en todo el distrito arraijaneño.
Entre La Chorrera y Arraiján, no cabe duda que el primer distrito cuenta con una mayor factibilidad, pues ofrece más facilidades. En La Chorrera están todas las sedes regionales de las dependencias estatales, el único hospital regional, los principales centros educativos de educación media y universitaria; hay mejores vías de comunicación terrestre, cuenta con un claro centro urbano y comercial, muy superior al de Vista Alegre, que incluso, lo es al de Arraiján cabecera.
En La Chorrera hay más bancos, mejor ordenamiento territorial, un mejor sistema de transporte público (no que sea bueno, pero sí lo es mejor que el de Arraiján); y lo más importante, está en una ubicación céntrica. ¿Qué sentido tiene que la capital de la décima provincia esté a poco más de 10 minutos de la ciudad de Panamá? ¿Qué producente sería para la población de Panamá Oeste que todas las sedes de dependencias estatales estén tan lejos, en Arraiján? ¿Qué beneficio le traería a las finanzas públicas trasladar tantas oficinas a Arraiján? Claramente Arraiján ha decidido empezar una lucha que no puede ganar y que en nada beneficia el proceso de creación de la provincia.
Espero que los diputados del sector oeste tomen en cuenta todos estos puntos y dejen el aspecto proselitista para otra ocasión, pues si el interés es crear la décima provincia, no deben primar debates innecesarios y carentes de sentido. La Chorrera es la única alternativa factible.