El artículo del médico Xavier Saéz-Llorens, publicado en un medio escrito de la localidad, es una combinación de dos elementos. Por un lado, una denuncia a las políticas neoliberales de los últimos gobiernos panameños y, por el otro, un rechazo a las políticas sociales de la Revolución Cubana.
Con relación a las políticas neoliberales, Saéz-Llorens destaca la creciente brecha entre ricos y pobres que caracteriza a Panamá. Esta situación se percibe con mucha claridad en el área de la salud. La gran mayoría de la población panameña no recibe atención de salud y es vulnerable a las enfermedades hoy prevenibles con la tecnología moderna. Otro sector de la población, un 25 por ciento, recibe una atención aceptable a través de las instituciones del Estado o de la seguridad social. Hay una pequeña minoría de panameños, quizás el 5 por ciento, que recibe una atención de excelencia en la medida en que tiene acceso a ingresos relativamente altos.
Lo preocupante de esta situación es que las políticas del gobierno no tienden a cerrar la brecha y mejorar las condiciones de salud. Al contrario, las políticas neoliberales separan más y más a los panameños, haciendo de los ricos más ricos y a los pobres más pobres. Como consecuencia, el acceso a servicios de salud se hace cada vez más difícil para la gran mayoría de los panameños.
¿Por qué se produce esta situación? Esta situación es el resultado de políticas del gobierno que sistemáticamente traspasan recursos de los sectores más pobres hacia los sectores más ricos. En el campo de la salud, los últimos gobiernos de turno privilegian las inversiones que sólo favorecen a los más ricos. En cambio, en el sector público y en el sector de la seguridad social no se realizan inversiones significativas para atender las necesidades de salud de la población.
Los centros de salud (incluyendo clínicas y hospitales) del sector público y de la seguridad social se encuentran saturados de demandas, carecen de medicamentos y prestan servicios que no satisfacen a los panameños. Los fondos existen para solucionar este problema. Sin embargo, los recursos son desviados hacia el sector privado donde se trabaja con una filosofía de "clientela" que demanda una mercancía: salud. Esta nueva "filosofía" mercantil que caracteriza a la política neoliberal genera cada vez más desesperación y problemas de salud. No sólo afecta en forma negativa la atención de los pacientes en los centros de salud. También produce una reaparición de enfermedades antes erradicadas como el dengue, la malaria y la tuberculosis, entre otras.
La política "pro mundi beneficio" de los gobiernos panameños de turno desmejoran la salud de la población, como bien señala Saéz. Para aliviar esta situación (sin pretender resolverlo), los gobernantes panameños dan la bienvenida a gobiernos extranjeros para prestar servicios en el país. Este es el caso de los acuerdos firmados con Cuba para que ese país organice un sistema de atención a personas con problemas de la vista.
Panamá tiene los recursos de sobra para realizar lo que ha comenzado a hacer el Gobierno cubano. Sin embargo, los gobernantes panameños (que incluye a funcionarios del Palacio de las Garzas y también a los directivos de los gremios empresariales) prefieren invertir esos recursos en otras iniciativas ajenas a las necesidades del pueblo. Esta prioridad de los gobernantes explica el desastre en que se encuentra el sistema de salud del país. Igualmente, explica por qué el sistema de educación ha colapsado, así como la seguridad social y el transporte público.
El compromiso del Gobierno nacional con las políticas neoliberales explica por qué el país se encuentra en una situación catastrófica, tanto desde el punto de vista económico (la peor distribución de la riqueza en la región) como desde una perspectiva social (enfermedades, fracasos escolares, crisis de la seguridad social).
Saéz complementa su denuncia con un ataque a los logros de la Revolución Cubana. Es una táctica conocida y aceptada. Para atacar al gobierno de turno, por sus políticas equivocadas, hay que esconder la mano lanzando dardos a la Revolución Cubana. Para personas como Saéz la Revolución Cubana ha servido este propósito durante los últimos 50 años, casi. En este período Cuba ha levantado el sistema de salud más exitoso del mundo, reconocido por EU, Europa y los países de Asia. La salud en Cuba no sigue la filosofía neoliberal de convertir a la población en una "clientela". La salud no es una mercancía. Al igual que es planteado por la Constitución Política de Panamá, en Cuba la salud es un derecho al cual tiene acceso todo residente en esa isla del Caribe. En Panamá, sin embargo, ese artículo constitucional es letra muerta. Por esa razón el Gobierno panameño le da la bienvenida a los servicios de salud cubanos en nuestra tierra "pro mundo beneficio".
El autor es docente universitario
