La pérdida del trabajo constituye uno de los efectos socioeconómicos de la pandemia de la Covid-19. Si bien este mal ha impactado al sector trabajador en general, ha tenido consecuencias mayores en personas jóvenes, inmigrantes y mujeres (CEPAL, 2020). Se estima que cerca de 12 millones de mujeres perdieron su empleo en el 2020 en América Latina (OIT, 2021), lo cual implica tanto una alta tasa de desempleo como su abandono de la fuerza de trabajo.
La tasa de recuperación de empleo de América Latina ha sido más lenta para las mujeres. Para diciembre de 2020, la reducción del empleo (respecto del primer trimestre de ese año) fue del 4% en los hombres y del 7% en el caso de las mujeres (OIT, 2021).
En Panamá, la situación no es distinta. Al 31 de diciembre de 2020 se suspendieron 282,292 contratos laborales, de los cuales 43% fueron de mujeres y 57% de hombres. A la misma fecha se habían reactivado 110,616 contratos de trabajo, de los cuales el 38% eran de mujeres y el 62% fueron hombres (Mitradel, 2021).
El sector más afectado por las suspensiones fue el terciario (hoteles, restaurantes, comercio al por mayor y menor, etc.), que incluye las principales actividades económicas en las que participan las mujeres (INEC, 2019). En ese sector se suspendió al 75.47% de las y los trabajadores, y del total de los contratos reactivados solo el 38.20% correspondió al sector terciario (Mitradel, 2021).
La crisis laboral de las mujeres en Panamá y en América Latina obedece en parte a la imposibilidad de conciliar el empleo y el trabajo en el hogar; al insuficiente apoyo para las actividades de cuidado, y a la sobrerrepresentación de mujeres en el sector terciario, en la economía informal y en la micro y pequeña empresa, que ha tenido dificultades para sostenerse. El Estado debe considerar estos efectos diferenciados, para desarrollar políticas que mitiguen el retroceso en la participación de las mujeres en el empleo, incluyendo las consecuencias para los grupos de mujeres más vulnerables. La evidencia científica que respalda esta necesidad es incuestionable.
La autora es doctora en Derecho, investigadora del CIEPS e integrante de Ciencia en Panamá
