El 3 de noviembre, como hijos de esta patria conmemoraremos 118 años de vida republicana, desde la gesta histórica de nuestra separación de Colombia. Es buen momento para reflexionar sobre los hechos que, como nación, hemos vivido, con sus glorias y decepciones. Todo forma parte de esa historia viva que nos ha formado y que fundamenta la identidad de ser panameño.
Pero, ¿Qué significa ser panameños? ¿Qué nos define como nación? Una nación que emergió de las aguas; que jugó y sigue jugando un rol clave en grandes e importantes movimientos globales, biológicos, culturales, sociales y de variopinta naturaleza. Llevamos en nuestras venas, la sangre de valientes y nobles lugareños quienes, desde la conquista, defendieron nuestro territorio, resistieron y nunca se dieron por vencidos. Tras años de colonialismo, dijimos “¡Basta ya!”. Se pone así punto final al Panamá que forma parte de la colonia española. El sueño de Bolívar es la inspiración para unirnos a la Gran Colombia. No pasó mucho tiempo y ya los panameños estaban inconformes con el trato recibido de Colombia a secas, cercenado ya el ideal bolivariano y quedando sólo jirones de la gran República que Bolívar soñó.
En la historiografía panameña, Justo Arosemena, es considerado el padre de nuestra nacionalidad. Arosemena es el primer istmeño en plantear la tesis de la existencia de la nacionalidad panameña a mediados del siglo XIX.
Tengamos presente el papel de Ricardo Arias, José Agustín Arango, el general Nicanor A. de Obarrio, Carlos Arosemena, Tomás Arias, Manuel Amador Guerrero, Federico Boyd y Manuel Espinosa Batista en la separación de Panamá de Colombia. A pesar de la turbulencia de la época y de los hechos acaecidos una vez establecida nuestra nación, los gestores de la separación del Istmo, contribuyeron a que pudiéramos llamarnos panameños.
Aunque los próceres tuvieron la gallardía de empezar a escribir nuestra historia como nación independiente, había grandes retos. Se trata de una soberanía segmentada, que parte en dos el territorio nacional, consecuencia del compromiso adquirido de construir un Canal que uniera a los dos océanos.
Un compromiso intergeneracional inicia hasta que, posterior a los terribles hechos acaecidos el 9 de enero de 1964, Estados Unidos se compromete a iniciar una nueva negociación. En 1977, luego de la ratificación de los Tratados Torrijos-Carter, empieza una cuenta regresiva que pondría el Canal en manos panameñas. El 31 de diciembre de 1999 es un hito histórico comparable con el de la separación de Colombia: Panamá finaliza lo iniciado el 3 de noviembre de 1903, siendo soberana en todo el territorio nacional, gran motivación para elevar nuestra moral y nuestro sentido de patriotismo. En nuestra línea de historia, 48 son los presidentes que nos han gobernado. Gobiernos dictatoriales y una invasión nos han marcado. Hoy por hoy, vivimos en una democracia que, aunque amenazada por poderes políticos y económicos y por escándalos de corrupción, es nuestra para cuidar y hacer crecer.
Nosotros, los panameños, debemos velar por la democracia, independientemente de la inconsciencia de los gobernantes de turno. Es nuestro deber hacer presión para que las leyes se hagan cumplir sin excepciones; y hacer valer nuestra voz.
Desde hace 21 años nos regocijamos en nuestro rol de administradores del Canal, una hazaña que contribuyó a que tengamos conciencia de que somos capaces. La ampliación de la vía interoceánica coadyuvó a la competitividad del Canal.
Las mega obras de ingeniería son símbolos de evolución y de avance tecnológico. Tenemos el reto de atender el llamado patriótico y salvaguardar los recursos naturales. No podemos dejar morir nuestras costumbres y tradiciones. Panamá debe ser un epicentro de intercambio educativo y cultural.
Ser patriota y nacer en este hermoso país, trasciende la nacionalidad en una cédula de identidad. Reflexionemos en este mes de la patria, sobre las riquezas materiales e inmateriales que tenemos; comprometámonos a no dejarlas perder y trabajemos de la mano por esta tierra bendita que nos vio nacer.
El autor es miembro de Jóvenes Unidos por la Educación


